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Contacto de choque: psicología para dejar ir

Por: Roxana Soler 25 de Mayo
Contacto de choque: psicología para dejar ir
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Conoce qué es el contacto choque y por qué no es recomendable.

En el universo de las relaciones han surgido diversas estrategias para afrontar las rupturas y los corazones rotos. El contacto de choque, psicología que ha ganado cierta popularidad en los últimos años, es una de ellas. Sin embargo, antes de profundizar en las razones por las que este enfoque no es recomendable, es fundamental comprender qué es el contacto de choque y cómo se manifiesta en las relaciones.

Contacto choque: psicología peligrosa

El contacto de choque, también conocido como contacto cero inverso, se caracteriza por mantener una relación sentimental a pesar del daño que la misma pueda estar causando. Esta estrategia se basa en la idea de que, al presenciar el sufrimiento de la otra persona, la pareja decidirá poner fin a la relación o modificar su actitud de forma radical.

¿Cómo se manifiesta el contacto de choque?

En una relación marcada por el contacto de choque, se pueden observar las siguientes características:

  • Comunicación constante: A pesar de los problemas y el dolor, se mantiene una comunicación fluida con la expareja, ya sea por mensajes, llamadas o incluso encuentros personales.
  • Expresión de emociones negativas: El contacto se caracteriza por la expresión constante de emociones negativas como tristeza, ira, reproches y culpa.
  • Manipulación emocional: Se utilizan tácticas de manipulación emocional para intentar que la otra persona cambie de actitud o retome la relación.
  • Falta de límites: No se establecen límites claros en la comunicación, lo que permite que la relación tóxica continúe.
  • Esperanza de reconciliación: La persona que aplica el contacto de choque mantiene viva la esperanza de que la relación pueda salvarse, negándose a aceptar la realidad.

¿Por qué no es una estrategia saludable?

Si bien la intención detrás del contacto de choque puede ser buena, las repercusiones psicológicas y emocionales de esta estrategia pueden ser devastadoras. A continuación, se detallan algunas de las razones por las que el contacto de choque no es una opción recomendable:

1. Refuerza la dependencia emocional:

Mantener el contacto con la expareja, a pesar del dolor que causa, alimenta la dependencia emocional y dificulta el proceso de sanación. La persona se aferra a la ilusión de que la relación puede salvarse, lo que le impide avanzar y buscar nuevas oportunidades.

2. Daña la autoestima:

Exponerse constantemente al dolor y al sufrimiento en una relación que no funciona erosiona la autoestima y la autoconfianza. La persona que aplica el contacto de choque puede llegar a internalizar la idea de que «no merece algo mejor» o «no es capaz de encontrar a alguien que la quiera», lo que limita su capacidad para construir relaciones sanas en el futuro.

3. Normaliza el comportamiento dañino:

El contacto de choque normaliza el comportamiento negativo de la otra persona. Si la relación es tóxica o abusiva, mantenerla expone a la persona a más dolor y sufrimiento, además de enviar el mensaje de que ese tipo de comportamiento es aceptable.

4. Impide la reflexión y el crecimiento personal:

Centrarse en mantener una relación que no tiene futuro impide dedicar tiempo y energía a la reflexión personal y al crecimiento. El contacto de choque limita la posibilidad de identificar patrones dañinos en las relaciones y desarrollar habilidades para construir vínculos sanos.

5. Alarga el proceso de duelo:

El contacto de choque retrasa el proceso de duelo y la sanación emocional. Al aferrarse a una relación que no tiene futuro, se impide cerrar el capítulo y seguir adelante con la vida.

Alternativas saludables

En lugar de recurrir al contacto de choque, la psicología ofrece alternativas más sanas y efectivas para superar una ruptura o un desamor:

  • Contacto cero: Esta estrategia implica cortar toda comunicación con la expareja durante un período determinado para permitir la sanación emocional y la reflexión personal.
  • Terapia psicológica: Buscar ayuda profesional puede ser fundamental para procesar las emociones, identificar patrones dañinos en las relaciones y desarrollar herramientas para construir vínculos sanos en el futuro.
  • Autocuidado: Priorizar el bienestar propio mediante actividades que brinden satisfacción y alegría es esencial para iniciar el proceso de sanación y avanzar hacia una vida más plena.

Dejar ir una relación que ya no funciona es un acto de amor propio y valentía. Es reconocer que mereces algo mejor, que no estás destinada a estar en un lugar donde no eres feliz o no te sientes valorada.

Aferrarse a una relación tóxica solo te traerá más dolor, sufrimiento y estancamiento. Impedirá tu crecimiento personal y te privará de la oportunidad de encontrar una relación sana y llena de amor verdadero.

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Roxana Soler
Roxana Soler Redactora
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