La meditación es una de las prácticas más importantes para conservar la calma y aprender a autoconocerte, si quieres explorar esta disciplina pero no sabes cómo, aquí […]
La meditación es una de las prácticas más importantes para conservar la calma y aprender a autoconocerte, si quieres explorar esta disciplina pero no sabes cómo, aquí te van algunos consejos para incursionar en un nuevo mundo de respiraciones conscientes y buena vibra.
Consejos para practicantes principiantes de la meditación, una disciplina de autoconocimiento, respiraciones profundas y vibra muy cool
Controlar la respiración
La base de la meditación es la técnica de la respiración, es importante que lleves toda tu atención en el ritmo de tu inhalación y tu exhalación e intenta controlarlas con suavidad. Apreciar la sensación que produce el aire al entrar o salir de tus fosas nasales es una cualidad que desarrollarás en la constante práctica de la meditación.
No hay reglas de tiempo
La meditación no es una competencia de resistencia, ya que es una disciplina de debes disfrutar. En tus primeras prácticas prueba con 5 minutos, cuando te sientas lista avanza a 10 minutos y así sucesivamente ¡ Más tiempo no es sinónimo de una meditación de calidad, no lo olvides!
Playlist
La música es una gran compañera para conseguir la concentración necesaria y profundizar en tu interior, por ello te recomendamos esta playlist para tus primeras prácticas de meditación. En la reproducción encontrarás mantras budistas, música relajante y mucho más.
Lugar
Es ideal tener un lugar especial para meditar, sin distracciones que desvíen tu concentración de tu meditación. Convierte tu habitación en ese refugio de malas vibras, sin mensajes que te alteren o personas que no te permitan encontrarte contigo.
Técnica del espejo
Prueba una de las posturas más cómodas, en la meditación, que prepará a tu cuerpo para nuevos retos; siéntate con la espalda recta, cruza tus piernas y recuesta ambas manos sobre tus rodillas. Cierra tus ojos y recorre cada parte de tu cuerpo, desde tu cabeza hasta los dedos de tus pies, como si te vieras en un espejo de 360.
Prueba esta técnica varias veces, hasta que puedas observar cada detalle de tu cuerpo, como tus pestañas, tus aretes, tus codos, etc. Lo más importante es que seas paciente contigo.