Renunciar a la chamba es una decisión que sólo puede parecerse a una escena western. Hace falta cálculo, estrategia y buena puntería, pero ¿cuándo hacerlo realmente? Las […]
Renunciar a la chamba es una decisión que sólo puede parecerse a una escena western. Hace falta cálculo, estrategia y buena puntería, pero ¿cuándo hacerlo realmente?
Las razones por las que debes renunciar son simples si lo analizas bien. Es una decisión que debes tomar con la cabeza bien fría, pero con el corazón contento.
1. Porque eres infeliz
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Cada día sientes que tu vida pasa sin sentido, sin una pizca de alegría y te sientes atrapada. Si desde el camino al trabajo vas de mal humor y no te duermes con una sonrisa en la cara, es mejor que pares lo que estás haciendo. ¡Piénsalo! Ningún salario puede pagar esa apatía.
2. Tienes ahorros
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Si tienes dinero suficiente como para mantenerte por tres meses mientras encuentras algo que te llene y te satisfaga profesionalmente y en tu vida personal, entonces es momento de hacerlo. Si no es así, empieza a guardar dinero mientras buscas por tu cuenta.
4. Proyecto propio
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Si siempre soñaste con hacer algo específico cuando eras pequeña o tienes la ilusión de crear tu propia empresa, de tomar riendas de tus dotes creativos o culinarios que nunca usaste por estar en una oficina. El momento de hacerlo es ahora, recuerda que la vida es hoy.
4. Vida personal
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Cuando sacrificas y pasas más tiempo en la oficina que con la familia, amigos y contigo misma. Cuando pasas más tiempo en la computadora y teléfono que disfrutando de la vida, es momento de parar y darle un break a tu vida laboral y un cambio.
5. Opinión
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Cuando tus aportaciones, ideas y opiniones en el trabajo no son requeridas, no son escuchadas y no son tomadas en cuenta. Tienes mucho que decir y si no hay quien aprecie y valore tu trabajo entonces tu talento se desperdicia. Es momento de buscar donde puedes dar más de ti.
6. Futuro
Si no hay un crecimiento profesional y sabes que estando en tu puesto te vas a estancar, no hay oportunidades de viajar, conocer, aprender o ganar más dinero. Es otra señal de que debes volar del nido.
Es una decisión importante, pero recuerda algo: la vida es sólo una.
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