Las verrugas, muy frecuentes (y contagiosas por simple contacto), son excrecencias cutáneas de pequeño tamaño causadas por un virus. La mayoría de las veces aparecen en las […]
Las verrugas, muy frecuentes (y contagiosas por simple contacto), son excrecencias cutáneas de pequeño tamaño causadas por un virus. La mayoría de las veces aparecen en las manos o los pies, y en raras ocasiones son dolorosas. No obstante, son molestas y antiestéticas. Por lo general, desaparecen de manera espontánea, aunque en ocasiones no lo hacen hasta al cabo de varios años.
Ajo:
Machaca 1 diente de ajo, Pica muy fino 1 trozo de tocino blanco (a diferencia del tocino o pancheta, este se compone casi exclusivamente de grasa). Mezcla el ajo con el tocino y aplica esta pomada encima de la verruga, cubriéndola con un apósito. Cámbialo todos los días (añadiendo pomada) hasta que la verruga desaparezca… Pero no esperes un resultado inmediato: insiste por lo menos durante 3 semanas.
Jugo de coliflor:
Aplica todos los días un poco de jugo de coliflor sobre la verruga, hasta que desaparezca. Para obtener este jugo, hierve 1 coliflor y cuela el líquido de cocción.
Cloruro de magnesio:
Como las verrugas tienden a desarrollarse en un medio ácido, detendrán su progresión cuando el medio se vuelva más alcalino. el cloruro de magnesio actúa alcalinizando el entorno. El profesor Delbet constató la gran eficacia de este tratamiento en verrugas juveniles. Efectúa una cura de al menos 1 mes, tomando 1 vaso de una solución de cloruro de magnesio todas las mañanas.
Limón:
Como tiene propiedades desinfectantes y antivirales, el limón es eficaz contra las verrugas. Llena un tarro pequeño de 250 ml de vinagre blanco y macera durante 3 días las cortezas o cáscaras de limón. Por la noche, corta 1 corteza o cáscara del tamaño de la verruga, aplícala encima con un esparadrapo y deja actuar durante toda la noche. Repite el tratamiento durante el día o vierte 1 gota de aceite esencial de limón sobre la verruga y protégela con una tirira. Repite la operación hasta que desaparezca el problema.
Bicarbonato:
Extiende sobre una verruga una pasta líquida compuesta por 1 cucharadita de bicarbonato sódico o de sodio y 2 cucharadas de agua mineral. Si es preciso, protéjera con una compresa estéril y deja actuar 1 hora, enjuaga y seca. Repite esta operación hasta que desaparezca.
Jugo de celidonia:
El jugo amarillo de esta planta rica en alcaloides ligeramente tóxicos tiene la capacidad de acabar con los callos y verrugas. Debe realizarse una aplicación diario como mínimo.
Un apósito de cebolla:
Prepara un apósito con la mitad de una cebolla, que se dejará puesta durante toda la noche.
Con información de: Los consejos y secretos de las abuelas
Lee también:
¿Qué son las verrugas?
¿Qué tenemos que hacer ante el acné?