Conoce cómo funciona tu mente ante las crisis y utiliza las herramientas a tu alcance para salir victoriosa de cualquier dificultad que enfrentes. No es lo mismo […]
Conoce cómo funciona tu mente ante las crisis y utiliza las herramientas a tu alcance para salir victoriosa de cualquier dificultad que enfrentes.
No es lo mismo sufrir percances con tu auto o estar involucrado en un contratiempo laboral, a tener que enfrentar situaciones de la vida que implican un mayor reto: un despido, pérdidas económicas, un divorcio, rupturas importantes o enfermedades; son eventos que nos cimbran hasta el punto de hacernos sentir que no podremos salir adelante porque rompen nuestro equilibrio y bienestar. Ante ellos, nuestras fortalezas y carencias quedan expuestas.
Es importante entender que independientemente del suceso que desata una crisis, nuestro ser reacciona automáticamente y se originan cuatro situaciones muy concretas: ocurre una reacción física, la mente tiende a evadirse de la situación, se ponen en juego la autoestima y el auto concepto, y se generan grandes preguntas que exigen respuesta, veamos:
1) Reacción física inmediata
“El cerebro entra en el mood de supervivencia cuando obtiene una respuesta corporal ante el estrés, es decir, el cuerpo se prepara para responder ante una amenaza liberando adrenalina, cortisol y otras sustancias que aumentan la presión cardiaca y nos mantienen alertas. El organismo pierde homeostasis (autorregulación instintiva), esta respuesta conocida como “fight or flight” —pelear o escapar— es automática y es una reacción breve contra el estrés. Una vez pasada la amenaza, el cuerpo vuelve a la homeostasis. Por ejemplo, piensa en un venado que de repente siente la mirada de un león, su corazón se acelera, su cuerpo se tensa para salir corriendo, el león también experimenta lo mismo mientras se prepara para atacar, después de la persecución cuando el venado logra escapar, el cuerpo de ambos regresa a la calma”, comenta la psicoterapeuta Margarita Blanco.
El principal problema es que los seres humanos podemos innecesariamente alargar esta respuesta después de que ya pasó el incidente. Revivimos sistemáticamente en nuestra memoria aquel evento que nos amenaza o daña, pero nuestro cerebro no distingue si la advertencia es real o imaginaria, y vuelve a responder ante el estrés secretando hormonas que te mantienen en el estado de acelere y que te hacen sentir angustiada, situación que a su vez, genera pensamientos negativos y más estrés. Caemos en un círculo vicioso mientras el cuerpo se acostumbra a vivir en constante tensión.
2) La tendencia a la evasión
Adriana Ortiz, maestra en psicoanálisis, dice que el ser humano por naturaleza evita el displacer, es decir, no nos gusta sufrir, por eso es tan angustiante e incómodo padecer una crisis, y la tendencia es caer en la evasión de la realidad. Por su parte, Bill O’Hanlon en su libro «Crecer a partir de la crisis»señala que los principales comportamientos para evadirnos de la realidad son: sobre cargarse de trabajo, comer más de la cuenta, usar drogas o alcohol, ser infiel a la pareja o comportarse de un modo anómalo sexualmente, hacer ejercicio en exceso, dormir más de la cuenta y llegar a conclusiones simples del tipo: “Jamás volveré a confiar en un hombre”, “arriesgarse es de locos”, “yo no tuve culpa alguna de que mi matrimonio terminara siendo un fracaso. Todo fue culpa de mi pareja”. “Durante un tiempo ampararte en estas ideas y comportamientos puede ayudarte a creer que así sanas tus heridas, pero a la larga el remedio dejará de funcionar y terminará llevándote a más crisis y momentos difíciles” señala O’Hanlon.
3) Entran en juego la autoestima y autoimagen
Adriana Ortiz dice que las áreas que se afectan primero en una crisis son la autoestima y la auto imagen. El dolor que se experimenta en la época adversa nos puede llevar a la etapa de quiebre y hacernos sentir inadecuadas, podemos comenzar a dudar de nuestras capacidades y habilidades: “No soy apta para resolverlo”, “no fui capaz de retener el trabajo o mi relación de pareja”. También puede pegar en la autoestima: “No fui suficiente para mi pareja”, “soy muy mala en mi trabajo”. Lo importante es entender que ante la crisis quedamos tan expuestas, que es normal sentirnos vulnerables y que domine la negatividad; pero no debemos victimizarnos.
4) Se generan preguntas ineludibles
Las crisis provocan que nos hagamos las preguntas que en otro tiempo no nos atrevemos a formular por temor a la respuesta: ¿Estoy haciendo lo correcto?, ¿esto es lo que quiero?, ¿vale la pena invertirle tanto a este proyecto o relación?, ¿qué voy a hacer ahora que no tengo…? La crisis te lleva al punto de enfrentar esas preguntas porque ya no tienes la pareja, trabajo o lo que sea a lo cual te aferrabas. Lo vital es que esta vez, te atrevas a cuestionarte y sobre todo a dar respuesta y actuar en consecuencia.
Margarita Blanco comenta: “Lo que va a provocar que salgas fortalecida de una crisis es que la principal pregunta que te hagas no sea ¿por qué a mi?, sino ¿para qué a mí? Ésa es la diferencia fundamental. El preguntarte por qué te hace esto Dios o la vida no va a servir de nada y no vas a desarrollar resiliencia, término que expresa la capacidad del ser humano a soportar una presión muy fuerte y volver a su condición normal o mejor aún, crecer y ser mejores personas a través de esa experiencia. Cuando no superamos la lección que viene con la crisis, la vida nos lo va a volver a recetar hasta que aprendamos”.
En resumen: las crisis nos obligan a ver la realidad como es. Son llamadas de atención que nos obligan a interrumpir momentáneamente nuestra manera de pensar cotidiana y nuestros hábitos de conducta. Cuando la crisis llega, tenemos dos caminos: podemos paralizarnos por el miedo, el dolor y la inseguridad o encontrar la forma de superarla y trascenderla. Las actitudes y decisiones que tomemos en ese momento de conflicto son decisivas.
Imágenes: Shutterstock
Fuentes:
Fernando Figueroa. Médico psicoanalista, coordinador de investigación científica y atención de Reincorporación Social A.C
Teléfono: 55 56049848
Margarita Blanco. Psicoterapeuta y antropóloga y conferencista, especialista en desarrollo humano. http://www.sermejorser.com.mx/
Adriana Ortíz Barraza. Maestra y especialista en Psicoanálisis.
Clínica de Asistencia de la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM).www.spm.org.mx
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