Deja de ponerte el pie a ti misma
El autosabotaje es más común de lo que probablemente creías y no se trata siempre de una actitud de autodesprecio sino que usualmente se manifiesta en acciones cotidianas. El problema, por supuesto, es que mientras más nos hacemos autosabotaje, más inseguras nos volvemos de nosotras mismas y más difícil es luchar por nuestros sueños. Si no sabes si tú también incurres en este mal hábito, aquí te dejamos algunas formas en las que te autosaboteas y no te habías dado cuenta. Ponle un alto y trabaja en esa autoestima para conseguir todo lo que te propongas.
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10 formas en las que te autosaboteas y no te habías dado cuenta
1. Procrastinas
El clásico. No importa que tengas mil actividades que se juntan y juntan… al ratito lo haces. Más que pereza, esto en realidad se traduce en un forma de evasión. ¿Por qué si es tan fácil decides dejarlo hasta el último minuto? Varios psicólogos consideran que la procrastinación es una expresión de la falta de seguridad en una misma. Una manera de intentar evadir una tarea que representa un reto (grande o chico) y el cual no sabemos a ciencia cierta si lograremos superar. La próxima vez que te caches dejando las cosas para el último momento ponte un alto y ataca la tarea que debas hacer en el momento.
2. Te comparas con otros
En esta era de las redes sociales en las que todo mundo comparte los highlights de su vida, es bastante común que nos comparemos constantemente con otros. Si bien compararse no es algo necesariamente dañino en sí mismo, sí que lo es cuando se hace para ver todo lo que te falta en lugar de ver todo lo que puedes lograr. Que si tal ya se mudó, que si no sé quién se acaba de comprometer o que si fulanito de tal consiguió un ascenso… si todas estas noticias lo único que hacen es hacerte sentir mal contigo misma, entonces tal vez sea hora de tomarte un descanso de las redes sociales y hacer un viaje de introspección. Recuerda que todos vamos y vivimos a diferentes ritmos y que no hay ninguna necesidad de ir corriendo.
3. Vives en el pasado
Nada tan dañino como aferrarte a las versiones tuyas del pasado que cometieron errores. Lo que pasó pasó y no hay nada que se pueda hacer para cambiarlo. Lo que sí puedes hacer es aprender de tus errores y construirte cada vez más sabia y fuerte. Vivir en el pasado sólo nos nubla la vista de lo que tenemos en el presente y nos pinta visiones pesimistas y nada realistas de lo que puede albergar el futuro. Si eres alguien que constantemente vive en el pasado, te recomendamos que trabajes en centrarte en el aquí y ahora.
4. Eres demasiado perfeccionista
Querer hacer las cosas bien y entregar las cosas en tiempo y forma por supuesto que no es algo malo. El problema viene cuando te exiges estándares de calidad humanamente imposibles y no eres capaz de perdonarte por los errores que llegas a cometer. Ser demasiado perfeccionista puede ser un traba que sea otra de las formas en las que te autosaboteas. Al ser imposible que todo sea siempre perfecto, puede que caigas en la falsa ilusión de que no eres suficiente, de no aceptar oportunidades por pensar que no estás suficientemente preparada. Deja de intentar tener control sobre todo y déjate ir.
5. No terminas lo que empiezas
¿Eres de esas que empieza una actividad con toda la actitud y después no la terminas? Entonces incurres en otra forma de autosabotaje. Terminar lo que se empieza no sólo habla de tu compromiso, sino que psicológicamente también tiene connotaciones importantes. No terminar algo deja la sensación de ciclos inconclusos, de tener pendientes. A la larga, estas sensaciones pueden provocar desánimo y falta de seguridad en una misma.
6. Te quedas en tu zona de comfort
Aventurarse a lo desconocido siempre da miedo, pero quedarse en el lugar que ya conoces sólo por no salir perjudicada es mucho peor. Explorar nuevos caminos nos permite estar en un constante autodescubrimiento, fortaleces habilidades que tienes y que no sabías que tenías y se te presenta la oportunidad de vivir experiencias enriquecedoras. No dejes que el miedo sea más grande que tus sueños. Aunque el miedo muerda y el frío queme sigue siempre hacia adelante.
7. Pones constantemente excusas en lugar de asumir tu responsabilidad
Para reconocer este punto se necesita mucha humildad e introspección. Y es que una cosa es ser amable y comprensiva con una misma, no juzgarse por las cosas que escapan de tu control y otra muy distinta es evadir la responsabilidad de tus acciones. Si para cada cosa mala que haces o te sucede encuentras que la culpa está en las circunstancias, en los otros, en el tiempo y nunca en lo que hiciste tú, entonces te estás perdiendo de la oportunidad de aprender y crecer. Aceptar que la regaste es difícil e incómodo, pero siempre es mucho mejor pasarse ese trago amargo e incorporar sus lecciones a tu vida cotidiana.
8. Siempre estás esperando el «momento perfecto» para hacer las cosas
Ligado a la procrastinación, este punto es para esas personas que siempre están buscando que se den las condiciones perfectas para hacer algo. Que si para pedirle el aumento a tu jefe necesitas que Mercurio esté en conjunción con Urano, sea mitad del verano para la buena vibra y tienes que usar la blusa verde de la suerte… bueno, querida, entonces jamás darás el paso ni te atreverás a solicitar tu aumento. El momento perfecto no existe, uno es quien labra la tierra en donde quiere que germinen sus éxitos y quien tiene que perseguir los momentos. Deja de esperar y actúa.
9. Te echas hacia atrás antes de siquiera intentarlo
Miles de escenarios pasan por tu cabeza antes de hacer algo nuevo por primera vez y todo ellos son igualmente catastróficos. ¿Qué pasa? Te paralizas, te convences de que es una señal de que las cosas no saldrán bien y gritas ¡RETIRADA! Antes de haber dado el primer paso. ¿Te identificaste? Esta es otra de las formas más comunes en las que a lo mejor te autosaboteas. No dejes que esas voces en tu cabeza sin sustento y producto de la ansiedad te congelen. Respira hondo y persigue aquello que quieres. Recuerda siempre: el no ya lo tienes, ahora ve por el sí.
10. Constantemente te haces menos
Por último, algo que queremos que te grabes bien es que JAMÁS, pero jamás de los jamases seas tú la primera en despreciar tu valor. Si encontrarías ofensivo que alguien dudara de tus capacidades, ¿entonces por qué te lo pasas por alto a ti misma? Saca de tu vocabulario frases como «es que soy muy tonta para esto», «es que no sé mucho de eso así que no creo poder»… ¡No! Deja de hacerte menos a ti misma y conviértete en tu fan número uno. Que si no consigues algo que no sea porque tú solita te pusiste el pie.
Ahora que ya conoces estas formas en las que probablemente te autosaboteas, toma consciencia y ponle un alto a este mal hábito.
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