Porque la maternidad no es siempre color de rosa, hablemos de lo que nadie te dice sobre ser mamá.
Nada hay más preciado que la figura de la madre. Las mamás ocupan un lugar especial en nuestros corazones y en el imagino de la sociedad, lo cual no es ninguna sorpresa. La calidez de su amor, el refugio que ofrecen sus brazos y el saber que en ella existe siempre la posibilidad de encontrar un hogar ha hecho que las madres sean tan amadas y protegidas por todos. Por esto mismo, el sueño de muchas es convertirse en mamás; sin embargo, la maternidad no es siempre todo color rosa y sobre esas cosas que nadie te dice hablaremos en este artículo.
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10 cosas que nadie te dice de la maternidad
1. La maternidad puede ser muy frustrante
La frustración es un sentimiento que se produce muchas veces cuando las cosas salen como habíamos planeado o cuando sentimos que a pesar de dar todo de nosotras, nuestro esfuerzo no es suficiente. En la maternidad esto es demasiado común. Es frustrante a veces no poder dar algo mejor de lo que puedes ofrecer por cuestiones económicas, sentir que deberías ser mejor mamá y al mismo no saber cómo, darte cuenta de que la regaste y ahora debes pensar cómo arreglarlo.
No hay receta mágica para evitar el sentimiento frustración, pero tal vez pueda aliviarlo el hablar con tus amigas que también sean mamás, ser amable contigo misma y saber que antes que mamá eres humana y tienes derecho a equivocarte.
2. La culpabilidad se convierte en un sentimiento que experimentas con frecuencia
Frustración y culpabilidad son sentimientos que a menudo van de la mano. Además de lo que ya hablamos en el punto anterior, la culpabilidad también puede experimentarse a la hora de tomar decisiones personales.
Pensemos, ¿qué es lo más difícil de tomar una decisión? La respuesta: la renuncia que implica. Decidir es tener elegir entre una cosa y otra y, por lo tanto, tener que renunciar a aquella que no escoges. En el ámbito de la maternidad, las decisiones personales adquieren mayor peso sobre todo cuando eres madre trabajadora. Tienes que escoger entre mantenerte en tu trabajo o dedicarle más tiempo a tus hijos; quedarte en casa con tus pequeño o salir con tus amigas que hace tanto que no ves. Sea cual sea tu decisión seguramente experimentarás algún sentimiento de culpa.
3. Mantener la división personal entre una como individua y madre es más difícil de lo que parece
Es innegable que ser madre es un trabajo absorbente. Por ello mismo, la línea entre la identidad de una como individua y como madre puede fácilmente hacerse borrosa. Ligado con el punto anterior, la culpabilidad que se puede experimentar al momento de tomar decisiones que conciernen a tu vida personal puede generar, a su vez, un sentimiento de egoísmo. Sin embargo, es muy importante que sepas que antes de madre y cualquier otro título, eres una mujer con vida propia y en su individualidad.
Aprender a separar estos dos aspectos es muy importante para que posteriormente no experimentes una sensación de pérdida de ti misma y de autenticidad. Aprende a reconciliar ambos aspectos de ti y dale a cada uno el valor que merece.
4. Nadie nace sabiendo ser madre y hay que invertir tiempo en educarse
Si bien este punto es más que obvio y uno de los más escuchados, lo que no te dicen es que sí se aprende a ser madre, pero esto requiere una importante inversión de tiempo. Y es que ¿cómo se prepara una comida balanceada para bebés y niños?, ¿cómo hay que disciplinar a los hijos sin ser autoritaria? Para aprender esto de la mejor manera hay infinidad de libros, artículos y especialistas a los que puedes recurrir para informarte. Acude con nutriólogos o pediatras para enterarte de las mejores alternativas de alimentación y cuidado de tus hijos, échale un ojo a los libros de psicólogos especializados en niños para ver qué recomiendan ellos sobre la mejor forma de educar a los hijos.
5. Ser mamá es estar en un constante autoanálisis
Saber que la mayor parte de la enseñanza a los hijos se da a partir del ejemplo, hace que necesariamente una esté constantemente autoanalizándose. Para saber de qué manera puedes ser una mejor mamá, habrá que estar checando las actitudes que tengas, las maneras que tienes de pensar sobre tal o cual cosa, estar dispuesta a cambiar tu punto de vista y mil cuestiones más.
Si bien esto puede llegar a ser agotador, la recompensa del crecimiento personal es de lo más satisfactoria.
6. Tienes que jugar muchos roles que antes no tenías contemplados
Ser mamá no es únicamente criar a los hijos y apapacharlos. Sobre todo si eres una mamá trabajadora, sabrás que además de la labor de ser madre, de pronto te conviertes en nutrióloga, proveedora, administradora de la economía del hogar, tutora de los hijos cuando no le entienden a algún tema en la escuela y una multitud más.
7. Está bien sentirte agotada y que a veces no puedas
Por todo lo que ya hemos comentado es evidente que al final del día una termina verdaderamente fatigada. El agotamiento extremo puede no sólo verse reflejado en el cansancio físico, sino también en un desgaste mental y puede que entonces sientas que ya no puedes con tanto. Debes saber que está bien sentirte así. Cuando esto suceda busca la manera de tomarte un descanso, piensa que si vas a ser el sostén de tu familia la primera en estar bien debes ser tú.
8. Tu cuerpo experimenta muchos cambios y no vuelve a ser el mismo
Primero es el embarazo y todos los cambios físicos que son tan evidentes. Después, cuando nacen los bebés hay que dedicarles una asombrosa cantidad de tiempo pues no se les puede descuidar ni un momento. Y de esta manera es natural que el cuerpo cambie, que haya más pancita, que tengas más ojeras y lo cierto es que el cuerpo no vuelve a ser el mismo. Esto puede causar bastante aflicción y debes permitirte sentir lo que sea que sientas, pero recuerda que tú eres más que un cuerpo y que al final lo más natural del mundo es que todo cambie, envejezca y se modifique.
9. Sin una buena comunicación, las relaciones en pareja pueden deteriorarse
Si bien esta cuestión es elemental aún sin tener hijos, es doblemente importante hacer énfasis en ella cuando se convierten en padres. De tener todo el tiempo sólo para ustedes, de tener la oportunidad de planear citas y disfrutar de su intimidad, pasarán a tener que dividir sus afectos con sus hijos, tener que sacrificar los momentos a solas durante un buen tiempo y tener que invertir mayor tiempo por y para sus pequeños. Por eso es súper importante que antes de tener bebés, ambos hablen y sepan que están en el mismo canal en lo que refiere a lo entienden por responsabilidad compartida, que ambos desean tener hijos y todo lo que implica, que están dispuestos a cambiar la relación que tienen por una nueva inexplorada.
10. Todo mundo parece tener una opinión sobre cómo podrías hacerlo mejor
Finalmente, la última cuestión en nuestro listado de las cosas que nadie te dice de la maternidad, es que cuando te conviertes en mamá de pronto todo mundo (incluso los que no tienen hijos) se convierten en auténticos expertos de la crianza. Pareciera ser que todo mundo sabe qué es exactamente lo que deberías hacer o no. Para evitar el agobio que la multitud de opiniones no solicitadas puede generar, lo mejor es que hagas oídos sordos. Al final sólo tú sabes por qué haces lo que haces y si consideras que necesitas ayuda tú te encargarás de buscarla.
Es importante que comencemos a tener más conversaciones sobre las cosas que nadie te dice de la maternidad. Ser mamá no es siempre todo color de rosa y para poder facilitar la labor de ser madre que a veces puede llegar a ser tan dura debemos empezar a tratar la maternidad desde un punto de vista real y objetivo.
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