Para el Dr. Peter D´Adamo el tipo de sangre no es sólo importante a la hora de hacer transfusiones, sino también interviene directamente con la respuesta de […]
Para el Dr. Peter D´Adamo el tipo de sangre no es sólo importante a la hora de hacer transfusiones, sino también interviene directamente con la respuesta de nuestro organismo ante ciertos alimentos. ¡Checa su teoría!
Fue hace aproximadamente 3 años cuando escuché por primera vez la teoría expuesta en el libro «Eat Right 4 Your Type» y para ser sincera me quedé impresionada. Instantáneamente me sentí identificada con algunos alimentos que no me caían bien y que aparentemente eran inofensivos. Soy A-, un tipo de sangre inusual y fue bastante interesante ver que dentro de los alimentos que debía de consumir en cantidades bajas estaban los pimientos y las aceitunas: dos alimentos que me producen al instante agruras y malestar estomacal.
Muchos microorganismos actúan diferente en un tipo de sangre que en otro y convierten los antígenos de la sangre en su fuente de energía, lo cual puede provocar diferentes enfermedades.
Por esto es importante considerar un tipo de dieta de acuerdo a tu tipo de sangre para sentirte genial:
Tipo O
Las personas con tipo de sangre O generalmente presentan un aparato digestivo muy eficiente capaz de metabolizar las proteínas contenidas en carnes magras, pescados y mariscos. Su sistema inmune es uno de los más fuertes.
La alimentación para los Tipo O puede ser muy variada:
¿Qué comer?
- Frutas y verduras en abundancia
- Carne, pescados y mariscos
- Mantequilla, quesos frescos y de soja
- Pocos alimentos con cereales y maíz.
¿Qué debes evitar?
- Coliflor, coles de Bruselas y hortalizas como berenjena, papas y camote.
- Evitar carne de cerdo y embutidos
- Pulpo, salmón ahumado y caviar
- Leche, quesos, huevos y trigo
- Refrescos y café.
Tipo A
Sí, las personas que entramos en el grupo sanguíneo tipo A tenemos un aparato digestivo bastante vulnerable, presentamos un sistema inmunitario vulnerable pero buena adaptación a condiciones ambientales y nutritivas.
¿Qué comer?
- Fruta en abundancia, cereales, legumbres y verduras.
- Semillas (cacahuate, almendra, avellana y ajonjolí) y frutos secos.
- Pescado (carpa, bacalao, salmón, sardina o trucha)
¿Qué debes evitar?
- Carne (favorece el aumento de peso)
- Nueces y pistaches
- Embutidos, alimentos salados o ahumados.
- Leche y lácteos
- Alimentos precocinados (por experiencia: siempre caen mal)
- Reducir el consumo de harina de trigo.
Tipo B
Uno de los grupos sanguíneos más amigables siguiendo una dieta variada es el de tipo B. Tienes gran tolerancia a lácteos y a diferentes tipos de carne.
¿Qué comer?
- Frutas y hortalizas de hoja verde
- Pescado, carne e hígado
- Huevos, leche y productos lácteos
¿Qué debes evitar?
- Mariscos (camarones, cangrejos, langosta, mejillones, ostiones, almejas, pulpo, anchoas y caracoles)
- Productos a base de trigo y maíz
- Semillas y frutos secos.
Tipo AB
El aparato digestivo más frágil de las cuatro categorías es el tipo AB, su sistema inmunitario es vulnerable y se recomienda que su dieta sea mixta y moderada.
¿Qué comer?
- Pescados y mariscos
- Leche y lácteos en general
- Frutas especialmente ciruelas, uvas y piña.
¿Qué debes evitar?
- Carnes rojas, ahumados y embutidos
- Langosta, camarones, cangrejos, ostiones, almejas, pulpo, lubina y anchoas.
- Vinagre y pimienta.
- Conservas.
Finalmente es importante destacar que no todos los organismos son iguales por lo que no se puede seguir al pie de la letra las recomendaciones del Dr. D’Adamo, pero sí puedes evitar algunos alimentos que no son compatibles con tu tipo de sangre y muy pronto notarás la diferencia.
¡Cuéntanos cuáles son tus resultados!
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