¿Estás considerando la fecundación in vitro? Te explicamos en qué casos se aplica, cómo es el proceso y qué riesgos debes conocer antes de decidir.
En un mundo donde la ciencia amplió los límites de lo posible, la fecundación in vitro (FIV) se convirtió en una ventana de esperanza para millones de personas que sueñan con formar una familia.
Lo que alguna vez fue considerado un milagro de laboratorio, hoy es una práctica médica cada vez más común, respaldada por avances tecnológicos y una creciente apertura social.
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¿Qué es la fecundación in vitro?
La fecundación in vitro, conocida como FIV, es una técnica de reproducción asistida que ha transformado la forma en que muchas personas construyen una familia.
A diferencia de la concepción natural, este proceso ocurre fuera del cuerpo: un óvulo y un espermatozoide se encuentran en un laboratorio, en condiciones cuidadosamente controladas, para dar inicio a una nueva vida.

Según MedlinePlus, “la fecundación in vitro (FIV) es la unión del óvulo de una mujer y el espermatozoide de un hombre en un plato de laboratorio”, donde in vitro significa precisamente “por fuera del cuerpo” y fecundación indica que el espermatozoide logró unirse exitosamente al óvulo.
Más allá de lo técnico, este procedimiento ofrece esperanza a quienes enfrentan desafíos de fertilidad, y plantea nuevas posibilidades sobre el futuro de la maternidad, la paternidad y la medicina reproductiva.
Pasos para la fecundación in vitro
La fecundación in vitro es mucho más que una técnica médica; es una oportunidad para transformar el deseo de ser madre o padre en una posibilidad real.
Cuando otros métodos han fallado, la FIV ofrece un camino cuidadosamente guiado por la ciencia, en el que cada etapa es crucial para aumentar las probabilidades de éxito.
Este procedimiento, que se realiza fuera del cuerpo, combina la precisión clínica con la esperanza humana. A continuación, te explicamos los cinco pasos principales que componen este complejo pero esperanzador proceso:
- Estimulación ovárica
A través de medicamentos hormonales, se estimula al cuerpo de la mujer para que produzca varios óvulos en lugar de uno solo. Durante este periodo, se realizan controles frecuentes con ultrasonidos y análisis de sangre para monitorear el desarrollo de los óvulos. - Extracción de óvulos
Mediante una intervención ambulatoria y guiada por ultrasonido, se extraen los óvulos directamente de los ovarios. Es un procedimiento breve, poco invasivo y suele requerir solo una leve sedación. - Fecundación en laboratorio
Una vez recolectados, los óvulos se combinan con espermatozoides en condiciones controladas para facilitar la fecundación. Si es necesario, se recurre a técnicas como la microinyección espermática para aumentar las probabilidades de éxito. - Cultivo del embrión
Los óvulos fecundados comienzan a dividirse y convertirse en embriones. El laboratorio supervisa cuidadosamente su desarrollo durante varios días. En algunos casos, se pueden realizar estudios genéticos para detectar posibles alteraciones hereditarias antes de la implantación. - Transferencia al útero
Uno o más embriones son seleccionados y transferidos al útero de la mujer. Si alguno se implanta con éxito, comienza el embarazo. Los embriones no utilizados pueden congelarse para intentos futuros o ser donados.

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¿Cuándo se realiza la fecundación in vitro?
Esta técnica no solo ofrece una solución cuando el embarazo no llega de forma natural, sino que también abre nuevas posibilidades frente a diagnósticos complejos, condiciones físicas o decisiones personales. Estos son algunos de los casos más comunes en los que la FIV puede ser recomendada:
- Daño u obstrucción de las trompas de Falopio
Cuando las trompas están bloqueadas o dañadas, el óvulo no puede llegar al útero, lo que impide la fecundación natural. - Trastornos de la ovulación
Si la ovulación es irregular o no ocurre, hay menos posibilidades de que un óvulo esté disponible para ser fecundado. - Endometriosis
Esta condición afecta el funcionamiento de los órganos reproductivos al hacer que el tejido uterino crezca fuera del útero, alterando el entorno para la fecundación y el embarazo. - Fibromas uterinos
Son tumores benignos que pueden dificultar que un embrión se implante correctamente en el útero. - Cirugías anticonceptivas previas
En casos de ligadura de trompas, la FIV permite lograr un embarazo sin necesidad de revertir quirúrgicamente la esterilización. - Problemas con el esperma
Alteraciones en la cantidad, movimiento o forma de los espermatozoides pueden hacer necesaria la FIV para lograr la fecundación. - Infertilidad inexplicable
A veces, incluso con estudios completos, no se encuentra una causa clara de infertilidad. La FIV puede ser una alternativa cuando todo lo demás ha fallado. - Trastornos genéticos heredables
Si existe riesgo de transmitir una enfermedad genética, se pueden analizar los embriones antes de implantarlos para seleccionar los más sanos. - Preservación de la fertilidad
Para personas que enfrentarán tratamientos agresivos como quimioterapia o radiación, la FIV permite congelar óvulos o embriones y conservar la posibilidad de ser padres en el futuro. - Gestación subrogada (portadora gestacional)
Cuando una persona no puede llevar un embarazo por razones médicas o personales, los embriones pueden ser implantados en otra mujer que actuará como gestante.
Riesgos de la fecundación in vitro
Aunque la fecundación in vitro representa una esperanza concreta para muchas personas que enfrentan dificultades reproductivas, el camino hacia la maternidad y paternidad no está exento de obstáculos.

Más allá de los avances científicos y tecnológicos, este tratamiento conlleva riesgos físicos, emocionales y financieros que deben ser considerados con cuidado. Según la Mayo Clinic, es fundamental tener una mirada realista y estar bien informados antes de iniciar el proceso. Estos son algunos de los riesgos más importantes asociados con la FIV:
- Estrés físico y emocional
El tratamiento puede ser agotador tanto para el cuerpo como para la mente. Los cambios hormonales, la incertidumbre y el alto costo económico generan ansiedad, por lo que es clave contar con apoyo psicológico, familiar o profesional. - Complicaciones en la recolección de óvulos
Durante el procedimiento para extraer los óvulos, pueden presentarse hemorragias, infecciones o daños en órganos cercanos, aunque estos casos son poco frecuentes. - Síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO)
Los medicamentos para estimular los ovarios pueden provocar inflamación, dolor abdominal, vómitos o diarrea. En casos severos, puede haber aumento repentino de peso o dificultad para respirar. - Aborto espontáneo
El riesgo es similar al de un embarazo natural, pero aumenta con la edad. En mujeres mayores de 40 años, puede alcanzar hasta el 50%. - Embarazo ectópico
Ocurre cuando el embrión se implanta fuera del útero, generalmente en una trompa de Falopio. Es una condición seria que impide continuar con el embarazo. - Embarazo múltiple
La transferencia de varios embriones aumenta las probabilidades de tener gemelos o trillizos, lo que conlleva más riesgos para la madre y los bebés. - Defectos congénitos
Aunque aún se investiga el vínculo directo con la FIV, algunos estudios sugieren un riesgo levemente mayor de malformaciones cardíacas o digestivas. - Parto prematuro y bajo peso al nacer
Los bebés concebidos por FIV tienen una probabilidad algo mayor de nacer antes de tiempo o con bajo peso. - Posible vínculo con el cáncer
Aunque estudios iniciales generaron alarma, investigaciones más recientes no han encontrado una conexión clara entre los medicamentos para la FIV y el cáncer.
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