Características y manifestaciones.
Queridas mujeres de Mujer de 10, hoy trataré de explicarles de forma sencilla lo que es la ansiedad, un padecimiento que junto con la depresión, se ha convertido en los grandes males del siglo y que ataca a cualquiera sin importar su edad ni su condición social.
Qué es la ansiedad: síntomas principales
La ansiedad es un trastorno caracterizado por síntomas relacionados a la tensión sostenida por periodos largos de tiempo sin que haya un entorno que nos contenga.
Entonces, toda esa tensión que tendría que ser volcada hacia afuera, se regresa al cuerpo, se retroflecta y es terreno fértil para que la ansiedad se incube.
Esto puede producir estados de preocupación constante que hacen que distintas zonas del cuerpo se contracturen y de ahí deriven síntomas como cansancio excesivo, imposibilidad de descansar, sueño no reparador, dolor de cabeza frecuente, palpitaciones o pulso acelerado, dificultad para concentrarse, transpiración de manos y pies, boca seca, contracturas musculares, mareo, vértigo, dolor de estómago, bruxismo o rechinado de dientes.
Otras manifestaciones
Si tienes algunos de estos síntomas, es posible que tengas ansiedad. También existen otras manifestaciones que debes de tomar en cuenta:
- Irritabilidad. Por ejemplo, un contratiempo menor puede ser causa de un conflicto.
- Impaciencia. Incapacidad para tolerar la espera.
- Respuestas exageradas de miedo.
- Sensación de aceleración, de no poder parar.
- Angustia, tristeza, ganas de llorar, visión negativa que abarca varias áreas de la vida.
Las personas con ansiedad siempre tienen presente la necesidad de estar alertas o preparadas, en su gran mayoría para eventos negativos. Esto las convierte en controladoras de todo lo que les pueda provocar temor.
Muchas veces hay dificultad para delegar y entonces terminan haciéndose cargo de todo. Poseen un alto sentido del deber y la responsabilidad y tienden a ser perfeccionistas. Puede haber depresión.
Determinados pensamientos, sensaciones o imágenes pueden activar el sistema de alarma, generando la activación del sistema nervioso simpático, que es el responsable de acelerar los síntomas corporales (aumento del ritmo cardiaco, respiración acelerada, sensación que puede ir desde inquietud hasta algo mucho más intenso).
Al interpretar estas sensaciones físicas como fuera de control, o las imágenes como catastróficas, comienza un circuito negativo de intentos fallidos por controlarlas, lo que aumenta la sensación de descontrol.
Razones de la ansiedad
El problema es que la persona queda con miedo a que vuelva a suceder, ya que hay una interpretación distorsionada acerca de cómo se desarrolla este circuito y, entonces, los niveles de tensión cotidiana van aumentando.
La hipervigilancia y el monitoreo de las sensaciones predisponen a que la persona evalúe de una manera equivocada cualquier percepción natural, y esto activa de nuevo el circuito disfuncional que puede convertirse en ataque de pánico.
Ojo, cierto grado de ansiedad es positivo, necesario, y nos llevará a lograr objetivos. Puede servir como motor para el cambio, pero muchas veces, la angustia que produce la ansiedad surge cuando estamos donde no queremos estar, hacemos lo que no queremos hacer y pretendemos ser lo que no somos.
