No te juzgues por sentirte así.
No siempre amamos nuestro trabajo, pero si todos los días te despiertas pensando “No quiero ir al trabajo”, quizá haya algo más que pereza en ti. Saber por qué te sientes de esta manera es posible y a partir de ahí, tomar acciones para salir de esta sensación de no querer estar en la oficina.
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“No quiero ir al trabajo”: qué significa pensar en esto todos los días
Lo primero que tienes que saber es que es completamente normal que no te gusten todos los aspectos de tu trabajo y que no necesitas juzgarte a ti misma por tener estos sentimientos. Para saber qué hay detrás de esto, presta atención a tu intuición. Mientras aquí te damos algunas razones por las que puedes estar sintiéndote así:
- Tienes burnout (estás “quemada”). Esto implica mucho más que sentirte cansada físicamente, pues el burnout sucede cuando te quedas atrapada en un ciclo de estar abrumada, estresada y emocionalmente agotada.
- Estás atravesando momentos difíciles en tu vida personal. Problemas de dinero, enfermedades o terminar relaciones pueden impactar tu vida laboral.
- Trabajas en un lugar tóxico. Lidiar con un jefe o un compañero tóxico es muy común y, desafortunadamente, los trabajadores toleramos el maltrato porque necesitamos un sueldo, pero comenzar a buscar un nuevo trabajo siempre es una opción.
- No encuentras satisfacción desempeñando tu rol. Como seres humanos, nos gusta aprender y crecer. Si llevas demasiado tiempo en un trabajo, quizá necesites un entorno diferente o empezar a exigirte más en el trabajo.
- No te sientes valorada. Es natural querer validación, sin embargo, no es que no seas digno ni merecedor, lo más probable es que las personas de quienes esperas reconocimiento no vean tus esfuerzos o tengan objetivos y criterios completamente diferentes.
7 formas de salir del burnout y disfrutar tu trabajo otra vez
Pasamos mucho tiempo en la oficina, así que si quieres recuperar el sentimiento de disfrute, aquí hay algunas estrategias.
- Toma vacaciones
- Comienza a agradecer (puede que no ames todo de tu trabajo, pero sí el sueldo que recibes)
- Encuentra maneras de ayudar a otros
- Mejora tus habilidades para atraer nuevas oportunidades
- Toma descansos durante la jornada laboral (come afuera, lee un libro, estírate, medita)
- Comienza a planear cómo salirte con un fondo de emergencia
- Pide ayuda (desde familia y amigos, hasta con tus superiores)
Si bien el trabajo es una parte con mucho peso en nuestras vidas, recuerda también que no lo es todo y ánclate a todo aquello que te dé satisfacción y plenitud fuera de él.
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