Detectar el cáncer de mama a tiempo puede marcar la diferencia, y la mastografía es una de las pruebas más efectivas para lograrlo.
La mastografía es una de las pruebas más importantes para la detección oportuna del cáncer de mama. Gracias a esta, miles de mujeres alrededor del mundo han podido identificar señales tempranas de la enfermedad, aumentando así las posibilidades de tratamiento y recuperación.
En el marco del mes rosa o cualquier época del año, conocer sobre esta prueba puede marcar una gran diferencia. A contuación te compartimos lo indispensable que debes saber sobre ella.
¿Qué es una Mastografía?
La mastografía es un estudio de rayos X que se realiza en los senos con el objetivo de detectar alteraciones o anomalías, incluso antes de que puedan palparse o causar síntomas. Es una prueba sencilla, rápida y con una mínima exposición a radiación.
Durante el procedimiento, cada seno se coloca sobre una placa especial y se comprime ligeramente para obtener imágenes claras y detalladas del tejido mamario. Estas imágenes permiten a los médicos identificar posibles signos de cáncer, como masas, calcificaciones o cambios estructurales en los tejidos.

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¿A partir de qué edad es recomendable realizarse una mastografía?
Las mujeres deben realizarse una mastografía cada uno o dos años a partir de los 40. No obstante, si existen antecedentes familiares de cáncer de mama o factores de riesgo, puede ser necesario comenzar antes y con mayor frecuencia. En esos casos, será el médico quien determine el plan de seguimiento adecuado.
Es importante no esperar a sentir molestias para realizarse esta prueba. El cáncer de mama en etapas tempranas suele no presentar síntomas, por eso, la prevención y detección a tiempo son fundamentales.
¿Con qué recurrencia debes hacerte una mastografía, según tu edad?
De acuerdo con la American Cancer Society las mujeres entre 40 y 44 años pueden optar por comenzar sus estudios de detección con una mastografía anual.
A partir de los 45 hasta los 54 años, se sugiere que las mujeres realicen una mastografía cada año como parte de su rutina de salud preventiva.
Una vez cumplidos los 55 años, se puede reducir la frecuencia a una mastografía cada dos años, aunque también es válido continuar con exámenes anuales, dependiendo del historial médico y preferencia personal.
Es importante que los estudios de detección continúen mientras la mujer goce de buena salud general y tenga una expectativa de vida de al menos 10 años más.
¿Dónde puedes acudir para hacer una mastografía?
La mastografía está disponible en hospitales públicos, clínicas de salud, centros de diagnóstico privado y campañas móviles de salud que, especialmente durante el mes de octubre, ofrecen este estudio de manera gratuita o a bajo costo.
También es común que instituciones de salud pública y organizaciones no gubernamentales realicen jornadas de detección, principalmente en zonas de difícil acceso, acercando esta herramienta vital a más mujeres.

La mastografía es una prueba sencilla pero fundamental en la lucha contra el cáncer de mama. Realizarla de forma periódica puede marcar la diferencia entre un diagnóstico temprano o tardío. Hablar de salud es hablar de amor propio: cuida de ti y no pospongas tu revisión. Tu vida vale cada minuto de prevención.
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