Realiza esta secuencia de Saludo a la Luna. Contacta con tu lado femenino con esta serie que nos propone Ana Paula Domínguez, directora del Instituto Mexicano de […]
Realiza esta secuencia de Saludo a la Luna. Contacta con tu lado femenino con esta serie que nos propone Ana Paula Domínguez, directora del Instituto Mexicano de Yoga.
Podemos invocar y encontrar esa fuerza femenina sutil a través de la práctica del Saludo a la Luna o Chandra Namaskara (Chandra significa Luna). Ana Paula Domínguez, directora del Instituto Mexicano de Yoga, comparte contigo esta secuencia para que contactes con tu energía lunar.
SECUENCIA DEL SALUDO A LA LUNA
Los pasos de Chandra Namaskara representan los días de la fase lunar. Esta secuencia, practicada con devoción, consciencia y total sensibilidad, a un paso relajado, se convierte en una oración a nuestros centros lunares y, con la constancia, nos ayuda a identificar esa sutileza femenina que reside en nosotros y nos invita a contactar con ella para tenerla presente en nuestra vida diaria, dejando a un lado la competencia, el vigor y el dinamismo solares que rigen nuestras actividades.
Es apropiada para practicarse a cualquier hora del día, la tarde o la noche, como parte del calentamiento de nuestra rutina de yoga o como un simple ritual con múltiples beneficios físicos, mentales, psíquicos y espirituales. Mejor aún, si se realiza durante la Luna nueva o llena.
Durante toda la serie…
-En el paso 1, imagina que la Luna llena está dentro de tu boca, como una esponja grande y redonda. Siente cómo traspasa tu paladar, subiendo hasta el cerebro, y yéndose hacia la parte trasera de tu cráneo, para reposar en el punto llamado bindu. Mantén la consciencia de este punto durante toda la práctica.
-Siente también tu cuerpo, cada músculo, tendón, hueso. Presta consciencia de cada parte de ti, desde lo externo (dedos de los pies a la cabeza) y lo interno (sensaciones sutiles). Fluye sin pausas pero sin prisa; siente el movimiento interno y el contacto con tu energía sutil al mantener algunas posturas estáticas por un par de respiraciones completas.
-La mirada es suave, con los ojos entre cerrados ligeramente, como una Luna creciente.
-Enfócate en tu respiración, siempre por la nariz, nunca por la boca. Busca respiraciones profundas, diafragmáticas, llénate y vacíate. Procura no realizar la respiración ujjayi, que enciende nuestro fuego interno. Inhala y exhala con suavidad y lentitud –según se indique en cada paso-, en cinco tiempos, acompañando todo el movimiento desde el principio hasta el final (vinyasa). La respiración dicta la duración del movimiento.
-Y si es congruente contigo, experimenta esa devoción a tu ciclo femenino conforme vives, de forma metafórica, las fases de la Luna en esta secuencia.
COMENZAMOS EL SALUDO A LA LUNA…
1- De pie, con los pies juntos, en tadasana(postura de la montaña) con los brazos al lado del cuerpo o en samastiti, con las palmas en mudra de oración (las palmas de las manos unidas a la altura del pecho). Cierra los ojos. Fija una intención para tu práctica, y visualiza tu energía femenina.
2- Inhala lentamente mientras elevas los brazos sobre tu cabeza, con las palmas de las manos unidas entre sí. Arquea levemente la espalda, mostrando el pecho al cielo para saludar a la Luna.
3- Mientras exhalas, pasa tus manos frente a tu rostro, rozando tu entrecejo con los pulgares. Empieza a flexionar el torso hacia el frente, mientras sigues exhalando, hasta apoyar las palmas de las manos junto a los pies (uttanasana).
4- Sin aire, lleva la pierna izquierda hacia atrás y apoya la rodilla, quedando con la pierna derecha flexionada en un ángulo de 90 grados.
5- Inhala mientras desplazas la cadera hacia delante y elevas los brazos por el frente hasta que queden junto a tus oídos o los sobrepasen, con las palmas juntas, abriendo el pecho lo más que puedas para formar un arco (como una Luna creciente). Cuida no pellizcar las lumbares, el arco no debe provenir de ese punto, sino de la apertura del pecho y los hombros, que se mantienen hacia atrás y hacia abajo.
6- Exhala mientras desciendes tus brazos frente a ti, con las palmas de las manos unidas, tocando con los pulgares el entrecejo, el chakra del corazón (anahata) hasta apoyar las manos en el suelo como al inicio de la postura. Mantén el pecho abierto y la cara saludando a la Luna (sin lastimar el cuello).
7- Inhala, llevando la pierna derecha hacia atrás, para formar una línea recta desde los talones hasta la coronilla, con los brazos y las piernas completamente estirados, para quedar en postura de tabla. Contrae el abdomen (bandha), para proteger tus lumbares. Cuida no colgar la cadera ni elevarla, debes formar una línea recta. Variación: si no puedes hacer esta postura, desciende las rodillas al piso, manteniendo los brazos estirados.
8- Exhala, desciende las rodillas al piso, con los empeines apoyados, y ve flexionando los brazos con los codos apuntando hacia atrás, junto a tus costillas, hasta descansar el pecho y la barbilla en el piso. La cadera se mantiene elevada, quedando apoyada en ocho puntos (ashtangasana). Fija la mirada en la punta de tu nariz.
9- Inhala, mientras elevas el torso a la vez que apoyas la cadera en el piso, para quedar en posición de bhujangasana (cobra). Mantén los brazos semi flexionados o estirados, dependiendo de tu flexibilidad, pero cuida que el pecho esté abierto y los hombros llévalos hacia atrás y hacia abajo (no los contraigas). La mirada va hacia el entrecejo, y el rostro apunta hacia el frente ligeramente hacia arriba (no comprimas las cervicales).
10- Exhala, mientras llevas las pompas a los talones, con la frente apoyada al suelo, para descansar en balastan (postura del niño). Mantente en ella de tres a cinco respiraciones completas y profundas.
11- Inhala, mientras elevas el pecho llevando los brazos hacia arriba, por el frente, con las palmas unidas. Lleva la Mirada hacia arriba y abre el pecho, saludando a la Luna. Siente la energía femenina fluir por todos tus canales. Mantén de tres a cinco respiraciones completas y profundas.
12- Inhala, da un paso con la pierna izquierda al frente, para quedar como en el paso 4, mientras elevas los brazos frente a ti hasta las orejas o más. Abre el pecho hacia la Luna, sin comprimir las cervicales.
13- Exhala, mientras desciendes los brazos con las palmas unidas, rozando con tus pulgares el entrecejo y centro del corazón en el trayecto, hasta tocar el suelo con las palmas de tus manos.
14- Lleva tu pie derecho junto al izquierdo, para quedar con el torso flexionado al frente, en uttanasana.
15- Inhala, mientras elevas el torso y los brazos con las palmas unidas, arqueando ligeramente hacia atrás, para abrir el pecho, quedando como una Luna creciente.
16- Conforme exhalas, desciende las palmas rozando con tus pulgares el entrecejo y el centro del corazón. Cierra los ojos y siente la Luna que reposa en bindu, pero ahora brilla y se refleja en el lago tranquilo en que se ha convertido tu mente. Brilla tanto, que traspasa tu cráneo hasta que sus rayos iluminan tu entrecejo (vishudha chakra). Haz tres respiraciones completas y profundas en esta posición.
NOTA: Puedes hacer cuatro saludos completos, recordando cada una de las estaciones del año. Cambia de pierna, iniciando con la derecha hacia atrás en la segunda serie.
Prueba este Saludo a la Luna que nos propone Ana Paula Domínguez y contacta con tu lado femenino. Y claro, no te pierdas del 19 al 22 de noviembre el 12 Encuentro Nacional de Yoga, donde podrás disfrutar técnicas y distintos tipos de yoga con maestros mexicanos e internacionales de gran renombre. ¡Es el evento del año para las fans de yoga! Más info aquí.
Fotos para Revista Fernanda: M. Marcovich. Maquillaje y peinado: Álex Méndez.
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