Autorealización: ¿Cómo escoger una meta?

Como seres humanos, tenemos una necesidad de sentirnos competentes, autónomos y en crecimiento constante. Por ello, plantearnos metas y alcanzarlas nos proporciona esta sensación de logro tan importante en nuestra felicidad. 

Fortalezas como la disciplina, confianza, autocontrol o perseverancia son importantes para lograr los objetivos que nos proponemos, pero al mismo tiempo las reforzamos al proponernos metas cada vez más altas que nos den crecimiento y satisfacción a largo plazo. La clave es el planteamiento de las metas.

¿Cómo escoger una meta?

1. Debe ser importante para ti, no impuesta.
Debe pasar lo que Caroline Adams Miller, autora de Creating your Best Life llama la prueba del «¿y qué?»: ¿Y qué pasa si persigues esa meta?, ¿y qué si tomas el riesgo de mudarte a otro lugar?, ¿y qué si te atreves a intentar algo nuevo? Si en tu respuesta figura un debería, quizá estás persiguiendo una meta que le importa a otros y no una propia que venga de la expresión de tus valores y propósito.

2. Representa crecimiento, conexiones o retribución emocional, más que sólo ganar más dinero o popularidad.

3. Que sea un reto, pero realizable, debe tener cierta complejidad que exija tu esfuerzo y así desarrolles tus fortalezas. Tampoco plantees retos muy difíciles a corto plazo que sabes de antemano que no vas a poder cumplir, por ejemplo: «Voy a bajar 20 kilos en una semana».

4. Sé específica a la hora de plantearlo mientras más especifico sea, será más fácil considerar los pasos a seguir para lograrlo.

5. Que puedas medir tus progresos u avances. Desde el planteamiento fija el tiempo en que cada objetivo tiene que ser alcanzado. Sé flexible.

6. Que el proceso valga la pena. El proceso de perseguir la meta es lo que en realidad logra la satisfacción más grande, por ello aunque represente un esfuerzo por su dificultad, debes disfrutarlo.

Ahora toma las riendas y logra tus metas.