Sólo me quedé con unas cuantas palabras guardadas, y no por miedo a decírtelas, sino por que ya no tuve la oportunidad de platicarlas contigo. Tal vez […]
Sólo me quedé con unas cuantas palabras guardadas, y no por miedo a decírtelas, sino por que ya no tuve la oportunidad de platicarlas contigo. Tal vez se vayan como el viento, pero no está de más enlistarlas para, al menos, poder platicarlas con el resto del mundo.
Por algo fuiste mi mejor amiga, y por eso duele más…
1. Yo también tuve un poco de culpa.
Hasta ahora que estoy más tranquila, pude darme cuenta de que también tuve un poco de culpa, pero mi enojo no me dejó verlo en el momento. Ahora sólo recuerdo las sonrisas.
2. Me dolió que tu tampoco me buscaras.
No por ser egoísta, pero también me dolió sentir que no me necesitabas en tu vida. Sentí que ya no te importaba después de esa pelea.
3. No entendí por qué no pudimos superar eso siendo tan cercanas.
Vivimos tantas cosas juntas que creí que éramos invencibles, me duele saber que un problema pudo más que la fuerza de nuestra amistad.
4. No me gusta que las demás personas me pregunten cómo estás.
Por que realmente no lo sé… no soy parte de tu vida y eso me duele.
5. Entiendo que cada quien deba seguir caminos diferentes.
Sé que ya maduramos, que ya no somos esas niñas que dependían una de la otra y que cada quién debe seguir su propio camino, pero es raro saber que nuestro camino no fue hacia la misma dirección.
6. Odio sentirme incómoda con sólo pensar en volver a verte.
Nuestra amistad era natural, las pláticas y las risas no necesitaban esfuerzo y ahora odio sentir dolor en el estómago con sólo pensar en mi reacción al encontrarte por la calle. Con nadie me sentía tan cómoda como contigo.
7. No sé cuál es la solución.
No sé qué esperar y tampoco sé qué hacer. No sé si buscarte por que no sé si te interesa a ti también recuperar mi amistad. Te veo tan feliz que me da gusto, pero me entristece no ser parte de esa felicidad.
8. No estoy enojada contigo.
Estoy enojada con las dos por permitir que esto pasara, ¡¿por qué permitimos que esto pasara?! Extraño tus consejos y tus palabras.
9. Te sigo recordando.
Aunque ya no nos hablemos, muchas veces te recuerdo. Aunque creas que ya no pienso en ti, lo hago al menos una vez a la semana y entristece sentir que tu no notes mi ausencia.
10. Nunca dejaré de extrañar los buenos momentos y nunca voy a dejar de preocuparme por ti.
Aunque ya no te vea, te llevo en el corazón.
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