¿Te has descubierto gritando cuando las cosas se salen de control? ¿Los gritos son la mejor forma de expresión que conoces? Alto. Te invitamos a detener esta […]
¿Te has descubierto gritando cuando las cosas se salen de control? ¿Los gritos son la mejor forma de expresión que conoces? Alto. Te invitamos a detener esta actitud y a experimentar una vida sin gritos. ¡Vive ScreamFree!
No es lo mismo levantar la voz o hablar con un volumen alto, que gritar. Lo que convierte algo en un grito es la emoción negativa que está detrás de tu actitud y/o tus palabras. Si desde la cocina llamas una vez a tus hijos a comer, tu volumen es alto para que te escuchen. Si ya tienes que llamarlos cuatro veces porque no han bajado, la connotación cambia y la emoción es otra aunque las palabras sean las mismas. No es una cuestión de volumen, es una cuestión de emoción, de intención. Al final, lo que convierte algo en un grito es la emoción negativa que hay detrás.
¿Por qué gritas?
Desde la perspectiva de ScreamFree, cuando gritas estás pidiendo a la otra persona que te calme. “El mensaje que transmites es ‘no puedo soportar el que hayas tomado (o quieras tomar) esa decisión, hecho esa elección o cometido ese error, por lo tanto, no puedo calmarme. Necesito que no tomes esa decisión, corrijas esa línea de acción y repares ese error, para que yo pueda permanecer tranquilo’”, explica la psicóloga Samantha Barocio, líder certificada y representante de ScreamFree® en México
Es decir, el grito es una solicitud al otro para que te tranquilice. ¡Gritas porque estás pidiendo que alguien te calme! El control de tus emociones lo tiene esa persona, con lo que haga o deje de hacer. ¡Qué fuerte!
Lo peor es que gritar, al parecer, ¡funciona! Por eso sigues haciéndolo. De lo que no te das cuenta a lo mejor es que, aunque temporalmente se obtiene la acción ‘esperada’, en el fondo no es lo que deseas. “No queremos que nuestro hijo haga la tarea porque teme al regaño, sino porque asume su responsabilidad; tampoco que los maridos laven por sentirse obligados o manipulados, sino porque desean colaborar para lograr una relación equilibrada. Y nadie quiere colaboradores que trabajen sólo porque se sienten vigilados o presionados, sino por motivación de logro y compromiso personal”, explica Barocio.
El grito es muy engañoso, recurrimos a él porque no sabemos qué otra cosa hacer con el enojo, la ansiedad, frustración o desesperación; porque creemos que es la única manera de obtener algo.
Libérate del grito, comienza a vivir ScreamFree
Samantha asegura que el primer paso es querer romper el mal hábito. Reconoce tus razones para dejar de gritar, analiza si los resultados que estás teniendo en este momento con tu familia, pareja o entorno de trabajo, son los que esperas realmente. Si no es así, te toca intentar algo diferente. Si gritas y no te funciona, pero sigues gritando, caes en la definición de locura de Einstein.
Algunas estrategias de control emocional que te recomienda Samantha son:
1. Pon atención en tu cuerpo para que logres identificar esas señales que tu organismo manda cuando estás a punto de perder el control.
2. Sé paciente y empieza con metas pequeñas. A veces la gente quiere romper patrones de treinta años en una semana o un mes y eso no se puede. Por ejemplo: ‘Esta semana, pase lo que pase, no voy a perder el control’.
3. Invéntate un botón de pausa. Todos en algún momento de la vida hemos estado en una situación en que no nos podíamos dar el lujo de gritar y algo hicimos para frenarnos y mantenernos bajo control, ése es un botón de pausa. Una meta a corto plazo puede ser “esta semana voy a aplicar mi botón de pausa cada vez que sienta que me voy a alterar”.
4. Aplícate tiempos fuera. La parte que maneja las emociones, a nivel cerebral, es el sistema límbico, por medio de los lóbulos frontales. Cuando perdemos el control emocional, el sistema límbico desactiva los lóbulos frontales, entonces literalmente no pensamos, somos cerebro reptiliano, por eso terminamos haciendo cosas que en otro momento no haríamos o no diríamos y viene después el arrepentimiento. El tiempo fuera es una excelente herramienta para que te mantengas bajo control y modeles a tus hijos qué se hace con las emociones.
Propónte a partir de hoy dejar de gritar para aprender a relacionarte con otros en un modo tranquilo, relajado y conectado, tomando el control de tus propias respuestas emocionales independientemente de cómo elijan comportarse las otras personas. ¿Te late?
Con información de Revista Fernanda.