Muchas veces hemos visto a muchas mamás negarles completamente los dulces a los pequeños o nos acordamos de cuando nuestra mamá no nos quería comprar esas papas, […]
Muchas veces hemos visto a muchas mamás negarles completamente los dulces a los pequeños o nos acordamos de cuando nuestra mamá no nos quería comprar esas papas, pero con moderación se han demostrado algunas razones para no tener miedo y sí darles pan y dulces a los niños:
Dejar de lado el consumo de dulces y pan puede generar mayor ansiedad y provocar que se quiera consumirlos de forma indiscriminada en determinado momento, por eso es importante aprender a guiar el consumo de estos productos y reconocer el valor energético que tienen para el organismo si se ingieren de forma adecuada y balanceada.
Si lo haces desde que son pequeños, es más fácil que en el futuro no tengan complicaciones alimenticias.
Eliminar los premios y castigos
En el caso de los dulces es mejor consumirlos de forma ordenada y eliminar el componente de castigo o premio con los que educan a niños y niñas, desde la infancia nos enseñan que según a partir de nuestro comportamiento podemos acceder a ellos o ganarlos, situación que les otorga un prestigio inaudito que puede generar una relación emocional nociva con estos.
Debemos considerar que los carbohidratos como el azúcar son compuestos orgánicos abundantes en la naturaleza y constituyen la mayor fuente de energía.
El pan causa saciedad
Incluso un estudio de la Universidad Complutense de Madrid en España señala que la inclusión del pan en la dieta da lugar a una mayor sensación de saciedad después de comer e incluso observaron que las mujeres que lo consumen redujeron significativamente el peso, el porcentaje de grasa y la circunferencia de cintura pero mantuvieron la masa muscular.
Según la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA) los carbohidratos de alimentos con alto contenido en almidón como la papa o la pasta y los carbohidratos simples como el azúcar deben encontrarse entre el 45 y el 60 por ciento del total de la energía consumida tanto para adultos como para niños.
No perdamos de vista que el azúcar, producto base de los dulces tiene un origen natural el cual se extrae de vegetales como la caña de donde se obtiene en gran escala.
En cuanto al pan, las autoridades sanitarias de la Secretaría de Salud de México han hecho hincapié a la población en llevar a cabo una alimentación completa al seguir “el plato del buen comer” el cual incluye carbohidratos, lípidos, proteínas, vitaminas y minerales con porciones adecuadas, con alimentos de cada grupo en cada comida y en el cual se incluye desde luego al pan.
En el caso de niños y niñas el consumo del pan integral les puede aportar vitaminas, minerales, hierro y fibra porque este alimento se encuentra en estado natural y por lo tanto conserva sus características nutricionales de origen.
Los estudios recientes demuestran que los dulces y el pan son alimentos que deben ser consumidos por niños y niñas solo que se deben hacerlo de forma balanceada, de preferencia en horarios que permitan dar la suficiente energía para el resto del día y con ello tener una clave importante para una vida sana.
Información por: McgarryBowen
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