A veces es difícil resistir a la tentación de picar algo entre comidas. Te dejo algunos trucos para ayudarte a resistir con firmeza. Mordisquea para no picar: Cada […]
A veces es difícil resistir a la tentación de picar algo entre comidas. Te dejo algunos trucos para ayudarte a resistir con firmeza.
Mordisquea para no picar:
Cada noche, corta bastoncitos de verduras: zanahorias, apio, pepino, coliflor cruda y déjalos en el refrigerador para el momento en que tengas hambre repentina. Hasta ahora, nadie se ha empachado con coliflor, ya que sólo tiene 60 calorías por cada 100 gramos.
Gimnasia: para olvidarse de comer
Reemplaza el té de media tarde y los pasteles con las amigas por una sesión en el gimnasio, que es mejor para tu silueta. Mientras te concentras en el contorno de tus bíceps, no pensarás en un pan untado con mantequilla y mermelada.
Mastica chicles sin azúcar:
Permítete el consumo de uno o dos chicles por día: uno en la mañana y uno en la tarde, por ejemplo, para tener la boca ocupada. Sin embargo, resístete a la tentación de cambiarlo por otro cuando ya no tenga sabor, es decir, cuando ya no tenga azúcar. Para esto, debes saber que los chicles azucarados «pesan» 4 calorías por gramo, mientras que los chicles con sustitutos sólo tienen 2.4 calorías. La diferencia en realidad no es tanta.
Llénate de queso crema tipo «petit suisse» o bien de queso «cottage»
En caso de un hambre insoportable, es preferible consumir 100 g de queso crema tipo petit suisse o queso cottage, con algún endulcorante artificial si no puedes prescindir del gusto dulce. Para no tener que pensar de manera estricta en las cantidades, compra el queso en botes de 100 g y no en botes de 1 kilo, aunque estos últimos cuesten más baratos. De esta manera, sabrás exactamente qué cantidad has consumido.
Prepárate infusiones:
Cuando por las noches, frente a la tele, tengas ganas de «picotear» golosinas, prepárate una infusión de tila o de flor de azahar: su delicado aroma natural te ayudará a superar tu necesidad de comer.
Come fruta:
Siempre ten en tu bolsa o en el cajón del escritorio una fruta (manzana o incluso una naranja, más complicada de comer) para calmar el hambre. Las fibras alimenticias y la fructuosa que contienen te llenarán de forma duradera.
Evita los azúcares rápidos:
Trata de no consumir alimentos dulces, sobre todo fuera de las comidas. En este último caso, el efecto resulta catastrófico: se asimilan muy rápido y estimulan el apetito en lugar de calmarlo.
Come 5 veces al día:
No es casual que los nutriólogos recomienden que tomes una o dos colaciones por día. Cuando te levantes de la mesa con un poco de hambre, sabrás que, en dos horas, tendrás derecho a un yogurt, una manzana, con una infusión. Además de que podrás comenzar a tomar líquidos nuevamente una hora después. El tiempo que debes «esperar» entre dos comidas principales te parecerá más corto y correrás menos riesgos de «caer en la tentación».
No te quedes quieta:
La mayoría de las mujeres admitimos que picoteamos por ociosidad porque nos aburrimos, para paliar una carencia, un vacío. Los alimentos funcionan como compensación. Cuando estás ocupada, no hay tiempo para pensar en comer. Ve de compras, al cine, a un museo, a la estética, etc. Para sintetizar, ¡ocúpate de ti misma! Luego te darás cuenta de que tus ganas de dulce se evaporarán como arte de magia.
Con información de: Adelgazar, para aquellas mujeres que han tomado la decisión de bajar de peso.
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