El amaranto es una planta típica mexicana que deberíamos consumir mucho más. ¡Descubre las razones! Recuerdo que cuando salí de viaje a visitar amigos en el extranjero […]
El amaranto es una planta típica mexicana que deberíamos consumir mucho más. ¡Descubre las razones!
Recuerdo que cuando salí de viaje a visitar amigos en el extranjero lo primero que me pidieron de México fueron unas alegrías.
Al principio me sorprendió un poco; según yo, era más probable que me pidieran tortillas o chiles, pero, ¿dulces?
La verdad es que una no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, y supongo que eso fue lo que le paso a mis amigos.
Y es que el amaranto es uno de los cereales nativos mexicanos más alabados a nivel mundial, y más allá.
¿La razón? El amaranto formó parte de un experimento de la NASA en 1985 para descubrir los mejores alimentos para los astronautas.
Junto con la quinoa, por su alto valor nutricional, el amaranto es, desde entonces, cultivado en las estaciones espaciales.
Sí, es una de las poquísimas plantas que logran desarrollarse fuera de la Tierra. ¿Te imaginas? Y no sólo eso: esta plantita absorbe el dióxido de carbono, genera oxígeno y agua. ¡Y es un alimento súper nutritivo! Qué más quieres de una planta en el espacio.
Beneficios del amaranto
Esta peculiar semillita, así de chiquitita, es sumamente nutritiva:
- Es un alimento rico en fibra, calcio y magnesio
- Es antioxidante por su alto contenido de vitamina C
- También es rico en otras vitaminas, como la A, B1, B2 y B3
- Es una fuente importante de ácido fólico
- Contiene lisina, un aminoácido esencial que, en combinación con otras legumbres, forma una proteína completa
- ¡No contiene gluten! Es perfecto para celíacos, veganos y alérgicos
Cómo usarlo
Además de todas las maravillas que ya te contamos, ¡el amaranto es súper versátil en la cocina!
Puedes prepararlo en postres como la alegría, con cocoa o con miel (de agave).
Agrega una cucharada de esta semilla a tu licuado de todas las mañanas.
Si preparas hamburguesas vegetarianas, ¡añade un poco de amaranto!
Sustituye la mitad de la harina de trigo de tus recetas por harina de amaranto. ¿Dónde la consigues? Sólo tienes que moler la semilla hasta hacerla polvo, ¡y listo!
¿Qué te parece? ¡A mí se me antojaron unas alegrías!