Cuando pensamos en salud, muchas veces nos enfocamos en curar una enfermedad o un padecimiento, cuando en realidad deberíamos enfocarnos en prevenirlos desde antes. Por eso, quiero compartirte […]
Cuando pensamos en salud, muchas veces nos enfocamos en curar una enfermedad o un padecimiento, cuando en realidad deberíamos enfocarnos en prevenirlos desde antes. Por eso, quiero compartirte 15 hábitos simples para mejorar tu salud que, realizados cotidianamente, aumentarán tu bienestar automáticamente. ¡Toma nota!
A lo largo de mi carrera en medios, he tenido la oportunidad de entrevistar a médicos y especialistas. Todos sin excepción, me han hecho ver lo importante que es prevenir enfermedades degenerativas (diabetes, cáncer, Alzheimer) llevando una vida saludable, ya que la verdadera salud va más allá de la enfermedad. Esto es muy fácil de hacer. Basta con que apliques estos 15 hábitos simples para mejorar tu salud, día con día. Verás como te darán resultados maravillosos y se convertirán en parte de tu vida.
1. Aléjate de los carbohidratos refinados (pan blanco, pastas blancas, azúcares) y prefiere los integrales. Los primeros, además de que generalmente los encuentras en comida procesada que contiene calorías vacías y que no te nutre, también elevan los niveles de glucosa en sangre (lo que puede causar diabetes) y a la larga generan obesidad. Además, en exceso, generan un proceso que se llama glicación, en el cual los deshechos de los carbohidratos refinados se pegan a las células de todos los órganos (incluyendo el cerebro) y la piel haciéndolas pegajosas y mermando sus procesos. Esta es la principal causa de enfermedades degenerativas.
2. Haz ejercicio todos los días. Con media hora basta, no tienes que correr maratones ni entrar al gym por dos horas. Caminar un rato a paso rápido, hacer una rutina leve de resistencia en tu casa, bailar un rato o hacer el quehacer cuentan como ejercicio. El chiste es mantenerte activa durante el día, sobre todo si tu trabajo requiere que pases sentada muchas horas.
3. Consume una dieta balanceada. Esto significa incluir carbohidratos, grasas y proteínas saludables en tu alimentación, sin sacar de ella alguno de estos grupos alimenticios. Todos son necesarios para el buen funcionamiento de tu organismo, por eso no es bueno dejar de comer carbohidratos por completo, como está tan de moda en la dieta paleo. Si estás sometida a un régimen, hazlo siempre bajo supervisión médica y por un tiempo limitado. La carencia de algún grupo alimenticio a la larga puede traer desnutrición, con consecuencias para la función de tu cuerpo.
4. Elige siempre los alimentos más naturales y frescos. Además de que no contienen conservadores y aditivos químicos, que a la larga generan toxicidad, estarás obteniendo nutrientes de primera calidad. No hay nada mejor que comer alimentos preparados por ti con ingredientes frescos. Pruébalo y ve cómo te sientes.
5. Consume superfoods. Por algo se les llama súper alimentos, porque poseen nutrientes inteligentes que apoyan a las funciones del cuerpo de una manera increíble. Hazlos tus aliados y aprovecha sus beneficios. Mira qué son los superfoods y qué hacen de bueno por tu salud.
6. Come poco. Está comprobado que el organismo funciona de una manera más eficiente si no lo sobrecargas con alimentos, ya que tu sistema digestivo puede digerir mejor lo que consumes y aprovechar los nutrientes. Además, si tu organismo está trabajando continuamente en digerir la comida, dejará de lado otras funciones importantes, como la reparación de fibras musculares o células. Y también, mientras más comas, más trabajo y desgaste tendrán tus órganos.
7. Cena temprano. Este punto se relaciona con lo anterior. Si cenas tarde, no le das oportunidad de trabajar a tu hígado y a otros órganos encargados de la reparación y limpieza de tu organismo, pues estarán inmersos en la digestión. Ten en cuenta que es justo en la noche cuando el cuerpo se encarga de reparar y eliminar deshechos. Así que mientras más temprano y ligo cenes, mejor.
8. Aprende a controlar el estrés. Este es un tema importantísimo, porque el estrés continuo genera cortisol, una hormona que en cantidades abundantes genera muchos problemas a la salud y merma tu bienestar. Es difícil no estar sometidas al estrés en la vida real, pero sí puedes combatir sus efectos a través del ejercicio (el yoga es ideal), la meditación o haciendo algo que te relaje. ¡Esto es básico así que no lo dejes! Te recomendamos los libros para colorear, la tendencia antiestrés apara adultos.
9. Piensa positivo. Ya sabes que una actitud optimista interviene en la calidad de tu salud, pues mente y cuerpo están íntimamente relacionados y se afectan uno al otro. Así que ayúdate manteniéndote motivada y animada, para que tu cuerpo funcione al máximo. Ve películas y series inspiradoras, sal con amigas, realiza alguna actividad creativa, ponte retos, ríe, ¡goza la vida! Parece algo obvio pero ¿cuántas de nosotros no nos la pasamos ensimismadas en los problemas y las carencias, en vez de ver todo lo bueno que hay en nuestra vida? Recuerda: mente sana en cuerpo sano.
10. Frecuenta a tus amistades. Somos seres sociales, y hay estudios que han demostrado que la falta de relaciones afectivas puede perjudicar la salud de forma total. No tener un círculo social activo ocasiona depresión, soledad, baja autoestima… y esto lo somatizas en tu cuerpo. ¡Socializa! Ah, y hazlo en persona, las redes sociales no cuentan para esto.
11. Duerme lo necesario. Actualmente la gente está durmiendo mucho menos de lo que necesita, lo cual trae problemas como obesidad, mala concentración, abuso de sustancias, irritabilidad y un pobre funcionamiento biológico y mental. Se recomienda que un adulto duerma en promedio de 6 a 8 horas diarias. Menos te hará mal. Hazte el hábito de descansar lo necesario, modificando tus actividades para lograrlo.
12. Considera la suplementación. Hay teorías que afirman que la comida de hoy es pobre en nutrientes pues la tierra en que se cultiva ya no contiene tantos minerales. Además, con los pésimos hábitos de alimentación, es probable que tengamos carencia de algunos minerales y vitaminas necesarios. Una opción es suplementarte con un multi vitamínico o con alguna sustancia específica que requieras. Eso sí, hazlo siempre con la guía de tu médico y buscas productos de excelente calidad. Suplementarse así como así puede resultar contraproducente, así que hazlo bajo supervisión.
13. Acude al doctor regularmente. No vayas a consulta solo cuando te sientes mal. Mejor, planea uno o dos chequeos anuales con tu médico y tu ginecólogo, para asegurarte de que todo está bien antes de que se manifieste algún síntoma o enfermedad. esto te hará ganar tiempo, te ahorrará dinero, te mantendrá tranquila y ya sabes, más vale prevenir que lamentar. ¡Hazlo, en verdad es necesario!
14. Diviértete. Tener momentos de esparcimiento es necesario para mantener la salud mental, olvidarte de los problemas, aumentar tu creatividad y la solución de problemas y, en general, para asegurar tu bienestar. Busca esos momentos de ocio y comprométete a darles un espacio diario. Haz lo que te gusta, ¡relájate!
15. Escúchate. estamos tan inmersas en el exterior, que ya no nos escuchamos. Nuestro cuerpo habla y lo callamos con pastillas, nuestro ser nos pide algo y lo callamos con sustancias o con una actividad frenética que silencia nuestra voz interna. ¡No estamos conectadas! Y curiosamente, muchas enfermedades y síntomas son una llamada de atención del cuerpo, desesperada, para que volvamos los ojos a nuestro interior y nos hagamos caso. Es tan importante escucharnos para ver qué queremos comer, si tenemos sueño o no, si queremos correr o hacer yoga, si nos estamos excediendo en el trabajo… Todas esas respuestas que nos traen bienestar real están en nosotras mismas, en nuestro maestro interior; pero si las ignoramos, estamos a cuando más por hábito y por costumbre que por una necesidad real. Eso es terrible, nos estamos perdiendo a nosotras mismas. haz un alto y dedica 15 o 30 minutos a escucharte cada día, a la hora que más te convenga. Siéntete, mírate, óyete… Lo que tu salud mental y física necesita está ahí, ¡hazle caso!
Espero que estos 15 hábitos simples para mejorar tu salud te sean útiles. Te invito a que los lleves a cabo y veas cómo te sientes. Sé que hacerte de un nuevo habito es complicado, pero una vez que empiezas y ves los beneficios en comparación con el esfuerzo, ¡se te harán pan comido! Si s ere ocurre otro, ¡compártelo con todas las mujeres de 10!
