¿Lo has escuchado? El masaje perineal es de gran ayuda durante el parto, pero debe realizarse desde antes para que surta efecto. Te contamos todo sobre esta […]
¿Lo has escuchado? El masaje perineal es de gran ayuda durante el parto, pero debe realizarse desde antes para que surta efecto. Te contamos todo sobre esta técnica.
Muchas mujeres embarazadas temen los desgarres, la episiotomía –con sus consabidas molestias posteriores- y el dolor en la zona perineal después del parto. Y no es para menos. Por fortuna, el masaje perineal puede ser de gran ayuda en todos estos casos.
El objetivo del masaje perineal es “despertar” al perineo, estirándolo, ablandándolo y dándole más elasticidad para que en el momento del parto esté preparado para abrirse. Además, el masaje sirve para conocer un poco las sensaciones que sucederán durante el parto y familiarizarse con ellas, ayudando así a relajar la zona en el momento cumbre del alumbramiento.
El masaje debe realizarse unas cuatro o cinco semanas antes del parto, diariamente. Mientras más constante seas, mejor. Puedes hacerlo tú misma o pedirle a tu pareja que te ayude, lo cual además le hará sentirse involucrado en este proceso tan íntimo y femenino.
¿Cómo se hace el masaje perineal?
- Lo primero es lavarte bien las manos y tener cortas las uñas –tú o la persona que lo vaya a realizar-.
- Lo segundo es conseguir un espejo que puedas apoyar en el piso, frente a ti, en donde puedas ver la zona del perineo manteniendo ambas manos libres.
- Siéntate en una posición cómoda, sobre unos cojines y el espejo en frente. Puedes apoyar la espalda contra una pared, un sillón o la cama. Hay mujeres que prefieren estar de pie y levantar una pierna apoyándola en alguna silla. Todo es buscar la posición más cómoda para ti.
- Te será útil y agradable lubricar un poco los dedos con aceite de oliva, de almendras o de rosa de mosqueta, que es el más hidratante y que se cree que puede ayudar a hacer el perineo aún más elástico. También hay aceites especiales para tal fin.
- Si tú te vas a hacer el masaje, parece ser más fácil utilizar los pulgars. Si es la pareja, al venir de frente, lo haría con los dedos índice y corazón.
- Para hacer el masaje perineal hay que meter los dedos en la vagina unos 4 o 5 cm. Entonces hay que empezar a hacer presión en las paredes, comenzando con el perineo hacia abajo (como haciendo un poco de gancho orientando el dedo hacia el recto, emulando la cabeza del bebé que quiere salir hacia afuera).

Imagen de wikihow.com
- La idea es hacer una presión constante hasta que sientas una leve sensación de quemadura o escozor, que es la misma que se nota cuando la cabeza está empujando para salir. En este momento relájate lo más posible, poniendo atención a la respiración, para que vayas acostumbrándote al momento de la expulsión con tranquilidad.
- Continúa haciendo una presión constante hacia un lateral de la vagina, de nuevo hasta que moleste un poco o por un par de minutos y luego hacia el otro lateral. También hay que hacerlo hacia el recto. Digamos que si miramos de frente la vagina de una mujer tumbada boca arriba, debemos hacer masaje en “U”, presionando por zonas un lateral, otro lateral, y la parte de abajo hacia el recto y también hacia afuera. La parte de arriba, donde está el meato urinario es mejor no tocarla, para evitar riesgos de infección.
- Estos gestos pueden repetirse las veces que quieras hasta llegar a los 5-10 minutos diarios recomendados.
No es que el masaje perineal sea necesario para dar a luz correctamente, pero puede ayudar a prevenir heridas perineales e ir más preparada al parto. ¡Te animamos a probarlo!
Con información de www.bebesymas.com
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