A menudo solo nos damos cuenta de que tenemos mal aliento por la reacción de nuestro entorno. En general, el mal aliento es ocasional, en cuyo caso […]
A menudo solo nos damos cuenta de que tenemos mal aliento por la reacción de nuestro entorno. En general, el mal aliento es ocasional, en cuyo caso corresponde al consumo de alimentos con un olor intenso (ajo, cebolla, queso, etc.) Pero el mal aliento también puede ocultar otros problemas, en particular una inflamación de las encías.
Algunos consejos:
En primer lugar, es primordial mantener una higiene bucodental perfecta: cepillarse los dientes después de cada comida y pasarse el hilo dental o escobillas por los intersticios para extraer todos los restos de alimentos. Y no olvides cepillarte bien la lengua, refugio de numerosas bacterias, además de beber mucho líquido a fin de no tener la boca seca y estimular la producción de saliva. En cuanto a fármacos, existen comprimidos para chupar, aerosoles o elixires bucales, a menudo a base de antiséptico. Si lo has probado todo, incluso una consulta al dentista y al médico, el bicarbonato sódico o de sodio puede resultarte de ayuda.
Yogur:
Es el único alimento vivo (gracias a sus fermentos y a sus bacterias beneficiosas) que está disponible en comercios. En concreto, ayuda a combatir las bacterias malas destruyéndolas, y reduce, asimismo, el riesgo de liberar gases y otros olores desagradables.
Un gargarismo:
Haz un gargarismo con 2 gotas de aceite esencial de limón y la misma cantidad de menta piperita en un vaso de agua tibia después de cada comida.
Zumo o jugo de limón:
El limón tiene propiedades antibacterianas. Enjuágate la boca durante un buen rato con el zumo o jugo de 1 limón diluido en un vaso de agua.
Bicarbonato:
El bicarbonato neutraliza los malos olores de raíz, impidiendo la proliferación de las bacterias que son responsables de los mismos. Este tratamiento actúa, pues, a modo preventivo y curativo. Prepara un enjuague bucal diluyendo un vaso de agua tibia 1 cucharadita de bicarbonato y 1 gota de aceite esencial de limón (antiséptico), de menta piperita (refrescante y digestiva) o de árbol del té (antiséptico).
Perejil:
Esta hierba refresca el aliento, ya que la clorofila que contiene, entre otras propiedades, absorbe los olores bucales. ¡Marica perejil a menudo! El perejil, bien conocido por todo el mundo, puedes aderezar muchos platos.
