Si de algo se quejan los hombres, es que nosotros como mujeres somos incapaces de entender. Aquí van solo diez, de tal vez decenas de cosas que […]
Si de algo se quejan los hombres, es que nosotros como mujeres somos incapaces de entender. Aquí van solo diez, de tal vez decenas de cosas que los hombres jamás entenderán de las mujeres.
«No hay que comprenderlas, solamente amarlas, las cosas más bellas de la creación son las flores y ellas» así cantaba Nicho Hinojosa sobre las mujeres, pero no ha sido el único que le ha dicho al sexo femenino que es imposible de entender. Así como lo puede decir cualquier hombre, una mujer es un sujeto difícil de comprender, sobre todo si se centran en estas 10 cosas que los hombres jamás entenderán de las mujeres. ¿Te identificas?
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1. Porqué amamos tanto los zapatos si nos lastiman
Son bellos, soberbios y hermosos, pero son un martirio en los pies. Amamos los zapatos y lo bellos que se ven pero tras 15 minutos caminando con ellos, estamos listas para regalarlos y no volverlos a ver nunca. Y aún así, seguimos siendo fans del calzado, de los tacones y lo lindos que se ven en nuestros pies. ¿a poco no?
2. No pedir postre por «cuidar nuestra figura» pero probar el de los demás
A todos nos ha pasado que cuando pides el postre, piensas en las calorías y en el esfuerzo por quemarlas, pero si alguien más pide postre, es imposible no probar un poco del postre de los demás. Yo digo que es culpa de las otras personas, no de las mujeres. Tan fácil como que no coman postre o pidan algo que no nos gusta para que no les robemos un cachito. ¿o no?
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3. Decir que no tenemos nada que ponernos, pero tener el clóset lleno de ropa
No es que no tengamos nada qué ponernos, sino no es nada que queramos usar porque o ya lo vieron las amigas, lo vio el ex o simplemente no se nos antoja ponérnoslo. Es un fenómeno similar al que les pasa a los chicos con los videojuegos, para que nos entiendan mejor.
4. Odiar a los hombres celosos pero molestarnos si no nos celan.
Ni mucho que queme al santo, ni poco que no lo alumbre. Un poco de celos pueden ser bastante benéficos en una relación cuando se trata de mostrar interés por la otra persona, eso si, tampoco demasiado interés que asfixie y de miedo.
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5. Decir que no nos pasa «nada» cuando estamos fúricas.
Clásico que nos enojamos, el chico nos pregunta qué nos pasa y contestamos con un «no me pasa nada» cuando por dentro un infierno está desatado. ¿No sería más fácil hablar con la verdad chicas? Aquí sí les doy la razón a los chicos.
6. Cambiarnos de ropa mil veces pero salir con lo primer que nos pusimos
No es indecisión, sino simplemente queremos vernos perfectas. Es sólo que estamos afinando todos los detalles para vernos increíbles, mezclando todas las combinaciones posibles.
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7. Decir que no queremos nada en especial, pero cuando ellos deciden, decir que eso no queremos.
«¿Qué quieres comer?» Ella dice «no sé, lo que sea», a lo que él contesta «vamos a comer pizza» y ella responde «no, pizza no» ¿Te suena familiar? Es una de las cosas que pasa a menudo en una relación. ¿No es más fácil chicas decir qué es lo que queremos comer a que nuestro pobre hombre haga circo maroma y teatro para ver qué vamos a cenar?
8. Aguantar dolores inimaginables, pero llorar si se les rompe una uña
Como mujeres podemos aguantar colores de parto, dolores de pies por los tacones, pero si se nos rompe una uña, cualquier dama puede tirarse al drama. Y es que no es tanto el dolor, sino que era nuestra uña, cuidadita y bien pintada.
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9. Porqué al chico que nos trata bien lo mandamos a la friendzone, pero al patán lo adoramos.
Puede ser por ese look de chico malo tan sexy o porque simplemente el chico que nos trata bien no despierta esa pasión en nosotras, pero en muchas ocasiones, los chicos buenos la llevan de perder con las mujeres a comparación de los chicos malos medio patancitos.
10. Porqué hacemos preguntas de las que no queremos la respuesta.
Aquí entra la clásica «¿amor, me veo gorda?» Una pregunta que para muchas parejas ha generado peleas campales y discusiones. Hay cosas que lo mejor es quedarse con la opinión del espejo antes de preguntarle a nuestro amorcito corazón.
¿Te identificas con alguno de estos casos?
