Tipos de acoso y cómo detectarlo.
Queridas Mujeres de Mujer de 10, hoy tocaremos un tema que, estoy segura, nos preocupa a todas las mamás: el bullying. Aquí les hablaré de todo lo que tiene que saber.
Lo primero que me gustaría compartirles es que la ONU define el bullying, en español acoso, como todas las formas y actitudes agresivas, intencionadas y repetidas que ocurren sin motivación evidente y que son adoptadas por uno o más estudiantes en contra de otro u otros.
Bullying escolar y otros tipos de acoso
El acoso escolar es un problema que se da en las aulas de todo el mundo y es difícil de detectar porque generalmente tiene lugar lejos de la presencia de un adulto, lejos de los maestros.
En él participan el agresor, obviamente, el acosado y, a veces, observadores, y suele ser ejecutado en lugares estratégicos para que los demás no se den cuenta. Además, por lo general no es denunciado porque los niños o los adolescentes son amenazados por el acosador.
Hay bullying físico, social, psicológico, verbal, sexual y cibernético. Este último hoy está de moda y es uno de los grandes problemas actuales por el uso excesivo de las redes sociales. Es muy sencillo acosar a alguien a través de este medio porque se hace desde el anonimato.
¿Cómo detectarlo?
Es importantes sobre todo estar muy atentos a cambios significativos en nuestros hijos, como cambios de humor, trastorno en el sueño, cambio en los hábitos alimentarios y trastornos psicosomáticos, por ejemplo una alergia, una erupción en la piel, o señales físicas como golpes o moretones; en especial si a la hora de preguntarles qué sucedió, nos contestan con evasivas.
Otro síntoma clave es que no quieran ir a la escuela, o nos demos cuenta que hay problemas en las relaciones sociales y su aislamiento sea visible, también, cuando detectemos que hay cambios en su rendimiento escolar o cuando ha dejado hablar de sus amigos.
Es importante entender el perfil del acosador. Generalmente son chicos agresivos, burlones, con necesidad de pelea, en cuyas familias puede existir ya violencia o maltrato, por lo que tienen necesidad de descargar su ira con compañeros más débiles.
En cambio, el perfil del acosado no sabe decir que no ni enfrentarse al maltratador. Pueden ser niños con baja autoestima, que sienten vergüenza, culpa, pierden interés en la escuela o en un deporte e incluso pueden llegar al suicidio.
Es muy importante que nosotros como madres estemos pendientes de cualquier cambio en nuestros hijos, que no lo normalicemos para bajar nuestra propia angustia y, sobre todo, que no sintamos que si nuestro hijo está en problemas, el tema somos nosotros, porque no siempre es así. Es necesario atender la situación en tiempo y forma para que no termine en una tragedia.
Mejor brindemos a nuestros hijos ese clima de amor y confianza en donde puedan expresarse y, si es necesario, llevarlo a una terapia en donde pueda aprender a poner límites, trabajar su autoestima y también la vergüenza, así como construir una red de apoyo o viceversa, que pueda hablar sobre lo que le pasa y por qué está siendo un bully o acosador.
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