¿Nos debería importar realmente?
El tema de los senos caídos y flácidos es uno genera plática entre las mujeres. Con frecuencia, vemos imágenes idealizadas de senos firmes y perfectamente redondeados (y de mujeres que nunca son como nosotras) en los medios de comunicación y la publicidad, lo que puede hacernos sentir inseguras si nuestros propios senos no cumplen con esa norma. Pero, ¿realmente hay algo que podamos hacer al respecto? Y más importante aún, ¿deberíamos preocuparnos por ello?
¿Qué causa la flacidez de los senos?
Primero, es importante comprender que la flacidez de los senos no sólo es un proceso natural que puede ocurrir por una variedad de razones, sino que –oh, sorpresa– también existen muchas formas de senos y no todos son perfectamente redondos y parados.
Por otro lado, algunos factores que pueden contribuir a la caída de los senos incluyen el envejecimiento, la genética, el embarazo, la lactancia, la pérdida o ganancia de peso y la falta de soporte adecuado.
¿Podemos hacer algo para contrarrestar los senos caídos y flácidos?
Si bien no podemos revertir por completo el proceso de envejecimiento o cambiar nuestra genética, o el maldito mundo que nos pone una presión ridícula sobre cómo debemos de vernos siendo mujeres… sí hay algunas cosas que podemos hacer para mejorar la apariencia y la salud de nuestros senos.
Por lo general, son acciones “básicas”, como mantener un peso estable, usar sostenes de apoyo adecuados, mantener una buena postura y realizar ejercicios que fortalezcan los músculos del pecho y la espalda. Todo esto puede ayudar a reducir la apariencia de la flacidez.
¿Por qué no debería importarnos tanto?
Principalmente, porque todas somos diferentes. Por otro lado, es importante recordar que la forma y el tamaño de nuestros senos, o cuerpo en general, no determina nuestro valor como mujeres. Nuestros cuerpos son únicos y cambian con el tiempo, y eso está bien.
No le debemos belleza a nadie y alcanzar un estándar irreal de belleza es ilógico, así que mejor podemos enfocarnos en aceptar y amar nuestros cuerpos tal como son.
Además, nuestros senos son parte de nuestra feminidad y nuestra individualidad, y no deberíamos permitir que la presión de la sociedad nos haga sentir avergonzadas o menos valiosas por la apariencia de nuestros cuerpos.
Más allá de cómo se ven, nuestros senos nos permiten hacer cosas increíbles, como sentir placer, alimentar bebés, o simplemente ser una parte hermosa de quienes somos.
Y bueno, si estás realmente interesada en mantenerlos “en su lugar” el mayor tiempo posible, considera evitar embarazarte, pues estudios muestran que entre más embarazos tenga una mujer, es más probable que experimente senos caídos.
Otros factores a considerar son dejar de fumar, probar cirugía y ejercicios de pectorales. Se dice que estos ejercicios funcionan muy bien para ese cometido (aunque no dejes de considerar que los senos están hechos, en su mayoría, de tejido graso y poco músculo):