Más allá de ser un simple producto cosmético, es fundamental en la prevención de enfermedades de la piel.
La importancia de usar protector solar nunca es exagerada, cuando la estadística en México señala que el cáncer de piel ha sido el segundo más frecuente en el país.
Más allá de ser un simple producto cosmético, el protector solar es una herramienta fundamental en la prevención de enfermedades de la piel y el envejecimiento prematuro causado por la exposición al sol.
Usarlo tiene beneficios que van más allá de evitar quemaduras solares: puede ayudar a prevenir el cáncer de piel, a mantener la piel saludable y a preservar su juventud y elasticidad a lo largo del tiempo.
Si ya está dentro de tu rutina de cuidado corporal, entonces ahora sólo toca asegurarte de que estás cubriendo bien las zonas más propensas a sufrir daños.
Si aún no, las zonas básicas que no te pueden faltar son la cara, el cuello, los hombros, los brazos y las manos.
La importancia de usar protector solar: otras partes del cuerpo que no puedes olvidar
Cuando se aplica protector solar, es crucial asegurarse de cubrir todas estas áreas de manera adecuada y uniforme, y no olvidar aquellas que podrían parecer no tan importantes.
Por ejemplo, la parte superior y posterior de las orejas no suelen ser zonas en las que ponemos bloqueador, pero son susceptibles a sufrir quemaduras solares. De hecho, es un área común para el cáncer de piel en los hombres.
La piel de los labios y alrededor de los ojos es muy delicada y también podemos descuidarla fácilmente, por lo que también hay que procurar usar un bálsamo labial con SPF. Para los ojos, considera usar una crema para los ojos o usar gafas de sol con protección.
¿Otro lugar que quizás olvidas? La cabeza, es decir, la piel que queda expuesta en la raya del cabello o en zonas de adelgazamiento y calvicie.
Para esto, los protectores solares en polvo pueden ser una opción conveniente, pero considera las medidas de protección más simples y fáciles, como usar un sombrero para proteger tanto el cuero cabelludo como el cabello cuando te expongas al sol.
Recuera aplicar una cantidad suficiente de producto y volver a aplicarlo regularmente, especialmente después de nadar, sudar o secarte con una toalla.
Además, es importante elegir un protector solar con un factor de protección solar (FPS) adecuado para tu tipo de piel y las condiciones de exposición al sol.