¿Tienes el ojo rojo por un derrame? Conoce sus causas, síntomas, cuándo acudir al médico y consejos para cuidar tu salud visual.
Un pequeño hilo rojo en el ojo puede parecer alarmante, pero muchas veces es más común de lo que se piensa. Un derrame en el ojo o hemorragias subconjuntivales ocurren cuando un diminuto vaso sanguíneo se rompe justo debajo de la superficie del órgano ocular, tiñendo de rojo la parte blanca sin causar dolor ni afectar la visión.
Aunque su aspecto dramático suele generar preocupación, en la mayoría de los casos son inofensivos y desaparecen por sí solos.
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¿Qué es un derrame en el ojo?
Un derrame en el ojo, conocido médicamente como hemorragia subconjuntival, es una pequeña acumulación de sangre que aparece como un parche rojo brillante en la parte blanca del ojo, llamada esclerótica, según MedlinePlus.

Aunque su aspecto puede parecer alarmante, suele ser indoloro y no afecta la visión. Este tipo de afección forma parte del grupo de trastornos conocidos como “ojo rojo” y ocurre cuando un diminuto vaso sanguíneo se rompe justo debajo de la superficie ocular.
A menudo pasa desapercibido hasta que uno se mira al espejo, y aunque en la mayoría de los casos no representa un riesgo grave, es importante conocer sus posibles causas y cuándo acudir al médico.
Causas del derrame en el ojo
Según la Secretaría de Salud, existen dos tipos de derrames oculares, los externos, que suelen ser los más comunes y no tienen problemas, y los internos que provocan visión baja y no se pueden observar a simple vista, los cuales se presentan frecuentemente en pacientes con diabetes y requieren atención médica para identificar las causas.
Aunque puede parecer el resultado de un golpe, un derrame en el ojo muchas veces aparece sin que nos demos cuenta.
Esta pequeña mancha roja suele ser producto de la ruptura de un vaso sanguíneo en la superficie ocular, y aunque no representa una amenaza grave, su origen puede estar ligado a distintos factores del día a día o incluso a condiciones de salud más serias.

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Estas son algunas de las causas más comunes que pueden provocar un derrame en el ojo:
- Aumentos súbitos de presión en la cabeza o el cuello, como al estornudar, toser con fuerza o levantar peso.
- Tener presión arterial alta o estar bajo tratamiento con anticoagulantes.
- Frotarse los ojos con demasiada fuerza o frecuencia.
- Infecciones virales que afectan la superficie ocular.
- Cirugías recientes o lesiones directas en el ojo.
Detectarlo a tiempo y conocer sus desencadenantes puede ayudarte a evitar sustos innecesarios y a cuidar mejor tu salud visual.
¿Cómo evitar un derrame en el ojo?
Evitar un derrame en el ojo no siempre está en nuestras manos, pero sí es posible reducir significativamente el riesgo con algunos cuidados básicos.

Proteger la vista va más allá de usar lentes de sol; implica ser conscientes de hábitos cotidianos que pueden generar presión ocular o dañar los vasos sanguíneos.
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Evita frotarte los ojos con fuerza, estornuda o tose cubriéndote suavemente y procura controlar tu presión arterial si tienes antecedentes. Además, si usas medicamentos anticoagulantes o te has sometido a una cirugía ocular reciente, sigue al pie de la letra las indicaciones médicas.
Mantener una buena higiene, descansar adecuadamente y realizar chequeos oftalmológicos con regularidad también son claves para mantener tus ojos sanos y libres de sorpresas rojas.
Aunque un derrame en el ojo suele verse alarmante, en la mayoría de los casos no requiere atención médica urgente porque, según la Secretaría de Salud, «desaparecen por sí solos, entre 7 y 10 días. Debido a que la sangre desaparece gradualmente con el tiempo».
Sin embargo, hay situaciones en las que una visita al especialista es clave para descartar problemas mayores. Si el enrojecimiento viene acompañado de dolor, visión borrosa, sangrado recurrente o si tienes antecedentes de hipertensión o uso de anticoagulantes, lo mejor es acudir al oftalmólogo. También es importante hacerlo si el derrame no desaparece después de dos semanas,