Algunas deudas pueden ser herramientas útiles, mientras que otras sólo generan dificultades financieras.
Sí, hasta en las deudas hay niveles, o diferencias, para más precisión. Y la diferencia principal entre «deudas buenas» y «deudas malas» tiene que ver con su propósito y potencial beneficio.
La deuda buena suele tener el potencial de aumentar tu patrimonio neto o mejorar significativamente tu vida, como un crédito para estudiar si este nuevo conocimiento te ayudará en tu carrera profesional.
Por otro lado, la deuda mala es dinero prestado y usado para comprar activos que se deprecian rápidamente o activos para consumo. Este tipo de deuda puede incluir altos niveles de deuda de tarjetas de crédito, por ejemplo.
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Es importante señalar que la clasificación de una deuda dependerá de diversos factores y contextos individuales.
Aquí te dejamos algunas de las diferencias principales, para que puedas identificarlas:
Las buenas suelen incluir:
Mientras que las malas se caracterizan por:
Para evitar caer en endeudamiento, es fundamental evaluar cuidadosamente la necesidad, el propósito y los términos de cualquier deuda antes de contraerla.
Algunas deudas pueden ser herramientas útiles para alcanzar metas financieras a largo plazo, mientras que otras pueden generar dificultades financieras si no se manejan adecuadamente.
La clave es un endeudamiento informado y equilibrado: comprende las condiciones del préstamo, planifica un presupuesto y asegúrate de que la deuda mejore tu situación financiera en lugar de empeorarla.
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