Estoy tan feliz y tan triste a la vez; en primer lugar porque mi tamagotchi merecía otro tipo de muerte y no pude dársela, en segundo lugar […]
Estoy tan feliz y tan triste a la vez; en primer lugar porque mi tamagotchi merecía otro tipo de muerte y no pude dársela, en segundo lugar porque fui parte de los niños que tuvieron a su cuidado uno de estos aparatitos con una mascota dentro y no fui a la única a la que se le murió.
Debes recordar este aparato por el que todos moríamos cuando éramos pequeños –si eres de los 90’s lo entenderás–. Una mascota estaba a tu cuidado y tristemente desde pequeños –aunque no en la misma cantidad– nos la pasábamos pegados a la tecnología para cuidar a esta criatura.
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Era imposible que no muriera, despertabas y tu mascota estaba muerta llena de popó, ¿y la causa de su muerte? Hambre. ¿O se comía su popó y eso hacía que muriera? No lo sé.
Para los que nos leen y ya no les tocó éste aparato raro y diferente; lo vendían de diferentes formas en el exterior, al quitar el plástico de su botón de inicio te tenías que hacer cargo de la vida de este animalito, tenías que alimentarlo, limpiar sus necesidades, dejarlo dormido y jugar con él.
En realidad una vez que morían sólo tenías que picarle el botón de atrás para reiniciarlo y ¡tu tamagotchi estaba de vuelta!
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Pero hace poco me enteré que existen diferentes artículos o servicios para tu tamagotchi como ataúdes, urna para cenizas, etc.
Tristemente hasta el momento me entero de esto y hoy en día será imposible que encuentre uno de estos aparatitos para darle a mi nueva mascota lo que a la otra no pude darle.
Pero si tu aún estás a tiempo, da click aquí y dile adiós a tu tamagotchi como debe ser
¿Sabes de alguna otra muerte digna para tu tamagotchi?
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