Aunque muchos dicen que la vida empieza al llegar al tercer piso, cumplir 30 no es tan lindo como argumentan. Te decimo porqué Si estás por cumplir […]
Aunque muchos dicen que la vida empieza al llegar al tercer piso, cumplir 30 no es tan lindo como argumentan. Te decimo porqué
Si estás por cumplir 30, quizá desees buenos deseos y que alentemos tu paso al tercer escalón, pero no podemos evitar negar algunas verdades. Un estudio reciente realizado en Estados Unidos llegó a la conclusión de que con el tiempo, la felicidad en las personas ha bajado significativamente.
El Dr. Jean Twenge, psicólogo de la Universidad Estatal de San Diego condujo una investigación que apunta a que los adultos de más de 30 años no son tan felices como aquellos entre los 18 y 29 años. Este cambio se dio a partir del 2010, donde las personas de más de 30 eran más felices en ese entonces comparados a estas nuevas generaciones.
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Al menos esta caída en los niveles de felicidad es equitativa entre géneros. Es decir, el fenómeno ocurre de igual manera en hombres y mujeres. ¿Y por qué sucede? Obviamente pueden existir muchas razones, pero entre todas ellas, destacan cinco principales que afectan la felicidad de los treintañeros.
1. Crecimos con expectativas irreales
¿Cuando estabas más pequeño no creíste que podías cambiar al mundo? ¿No sentías que habías nacido para algo grande? Crecer con mucha autoestima puede ser algo peligroso, porque te crea expectativas infladas de lo que será la adultez. Es difícil mantener la ilusión de cuando eras joven y bella mientras trabajas en una empresa que odias o que te paga una miseria.
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2. Tu familia se está despedazando
Cuando tienes veinte es bien visto vivir lejos de tus padres, pero cuando cumples 30, ellos se han hecho ancianos y puede ser que pienses en retomar el lazo con ellos. Tener hijos o no tenerlos puede incrementar el deseo de estar en contacto con tu familia nuclear, pero ya no es lo mismo porque tus padres no son los jóvenes que antes tenías y ahora la relación ha cambiado.
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3. Tu vida amorosa es inestable
Es difícil tener una vida amorosa «normal». Si tienes pareja y estás casado, existe una epidemia de divorcios impresionante. Si tienes pareja y no estás casado, vivir juntos puede ser algo inestable y esperar tanto para casarse aumenta los riesgos de una separación. Y si no tienes pareja, es difícil encontrar a una persona que no venga con una historia de un divorcio, una separación, un hijo de por medio, que no sea workaholic, infantil o un patán.
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4. Tu vida social también es inestable
Es difícil hacer amigos ya que tus amigos de la secundaria y la prepa probablemente lleven vidas muy distintas a la tuya, tus amigos de la universidad pueden estar en otro canal, como casados y con hijos, además de que con una ruptura amorosa, es común que siempre pierdas un amigo o dos. Es difícil mantener los amigos cercanos siendo adultos, sobre todo cuando puedes tener cientos en Facebooj, pero muy pocos en la vida real. Hacer amigos vía online es mucho más difícil que ligar en internet.
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5. Tus finanzas son un caos
La inflación y el cambio del dólar no ha ayudado mucho. Entre becas estudiantiles, préstamos y salarios tan chiquitos que apenas alcanza para vivir, puede ser que seas menos feliz que tus padres y tus abuelos porque a la misma edad ellos ya habían pagado una boda o comprado una casa, mientras que tu crédito infonavit apenas alcanza para comprarle una casa a tu perro. Esto no puede ser tan malo porque casi todos pasamos por lo mismo, al menos.
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6. Los valores han cambiado
Mientras en la época de nuestros padres, los valores eran tener una familia y tener un trabajo estable para mantener a la familia, ahora tenemos valores más cosmopolitas, como tener una carrera exitosa, alcanzar el éxito material, ser un ejecutivo o un CEO joven y tener cientos de interacciones en redes sociales. Ahora la felicidad aparentemente yace en imaginar el futuro como jóvenes adultos no en llegar ahí como viejos adultos. Es decir, han cambiado la onda y la onda que ahora traen no es tan buena onda.
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Pero ánimo, al menos ahora lo sabes y puedes estar preparado.
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