Si vives en la Ciudad de México, seguro te has topado con conductores odiosos. Desde los que se estacionan en doble fila hasta los que no tienen […]
Si vives en la Ciudad de México, seguro te has topado con conductores odiosos. Desde los que se estacionan en doble fila hasta los que no tienen ninguna consideración por el peatón…
No hay duda de que vivimos en Ciudad Caos y convivimos con una de las especies más detestables de la fauna urbana: los malos conductores. Aquí te presentamos una breve tipología.
La mamamóvil
Protegida detrás de un caparazón en forma de SUV, no se le puede juzgar por sus malas decisiones al conducir, pues debe lidiar con grupos de entre 3 y 5 niños gritando en el asiento de atrás. Por su tamaño, se mueve con pesadez entre otros especímenes de la fauna local y con frecuencia pierde la calle en donde debe dar vuelta.
Su comportamiento característico: estacionarse en doble fila frente a la escuela “cinco minutos nada más” en lo que le da el lunch y la bendición a su descendencia.
El microbusero
Especie en peligro de extinción, el microbusero es el espécimen más grande de la fauna urbana, aunque se comienza a ver una versión más evolucionada en forma de camión. Es una de las especies más contaminantes del ecosistema y uno de los principales motivos por los que el ciudadano promedio decide comprar y transportarse en automóvil particular.
Su comportamiento característico: pasarse el alto, competir en velocidad o por pasaje con sus pares, echar lámina y bajar pasaje en donde se les da la gana.
El taxista
Primo hermano del microbusero, no todos pero una buena parte de ellos cuentan con un comportamiento odioso. Su enemigo natural es el ciclista, quien, sin saber la razón, genera en esta especie un coraje no conocido entre otros. Una de sus características físicas es el color doble, pues está constantemente expuesto, de un solo lado de su cuerpo, al inclemente Sol capitalino.
Su comportamiento característico: echar lámina, dar vuelta en el último momento, sin importar que esté en el carril de alta velocidad, pararse en el paso peatonal.
¿Reconoces a alguno de estos especímenes? Si bien son los más odiosos, también hay conductores particulares que podemos detestar. ¿Eres uno de ellos?
