La etapa de ser un cachorro es uno de los momentos más problemáticos en la vida de un perro, pues lo separan de su madre y su manada. […]
La etapa de ser un cachorro es uno de los momentos más problemáticos en la vida de un perro, pues lo separan de su madre y su manada.
Además, todo es nuevo para él y, como un bebé, aprende a partir de experiencias, a veces divertidas y a veces no tanto.
¿QUÉ HACER?
-Ten mucha paciencia.
-Dale su espacio, no lo sobreprotejas. Que el vaya descubriendo que es un medio amigable.
-Déjalo que siga durmiendo los primeros dos a tres meses, recuerda que debe de tener periodos de sueño largos.
-Empieza el entrenamiento del baño: muéstrale donde debe de hacer sus necesidades para empezar a habituarlo. Los perros no orinan ni defecan en el espacio donde comen o duermen. Y recuerda que, como un bebé, no sabe controlar sus esfínteres.
-No los dejes por toda la casa, entre más espacio tengan, más inseguros se sienten. Ubícalo en un espacio restringido hasta que se sienta seguro con la familia. Tardará más o menos dos meses.
-Para que no llore tanto, coloca un reloj envuelto en una playera vieja con tu olor (recuerda que los perros tienen muy desarrollado el sentido del olfato) para que no se sienta solo ni extrañe los latidos de su mamá. Con esto harás que el proceso de separación sea menos violento y complicado.
-¡No lo regañes! La separación con la madre es muy complicada y el ambiente no es amigable para él. Compréndelo.
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