Todo objeto en contacto frecuente con el agua puede acumular cal o sarro, sobre todo si el agua es muy calcárea. La utilización de vinagre y bicarbonato […]
Todo objeto en contacto frecuente con el agua puede acumular cal o sarro, sobre todo si el agua es muy calcárea. La utilización de vinagre y bicarbonato sódico o de sodio sigue siendo el medio más eficaz de evitar y eliminar estos depósitos persistentes.
La cal o sarro tardará más en depositarse si, después de usarlos, secas los fregaderos y los platos o pisos de la regadera, entre otras cosas, con una esponja humedecida con un poco de vinagre de vino blanco; además procura no dejar agua estancada en los diversos recipientes.
Las cacerolas:
La solución más eficaz es verter una buena dosis de vinagre de vino blanco en el fondo de la cacerola, añade agua y llevarla a ebullición. El olor a vinagre sobre el fuego no es muy agradable, pero tus cacerolas recuperarán su mejor aspecto.
Interior de las jarras:
Para recuperar una jarra o una botella de cristal muy manchada por la cal o sarro, llena una tercera parte con vinagre, añade un puñado de sal gorda. Agita energéticamente, vierte agua y deja que actúe durante unas horas. Luego enjuaga varias veces con agua clara y deja que se seque boca abajo para evitar que se deposite la cal o sarro.
La grifería o llaves de agua:
En este caso se recomienda emplear vinagre blanco puro. Para todas las zonas difíciles (grifos o llaves, cabezas de ducha..) donde también se acumula mucha cal o sarro, vierte vinagre y deja actuar al menos 10 minutos antes de frotar con un cepillo de dientes usado o con bastoncillos o hisopos de algodón. Si la base de los grifos o las llaves se resiste, extiende una pasta a base de bicarbonato sódico o de sodio (2/3 de polvo y 1/3 de vinagre blanco). Deja actuar, frota con un cepillo de dientes y enjuague.
Los desagües:
Cuando sea posible, una vez al año, desenrosca el tapón y la rejilla de salida del agua de los fregaderos, lavabos, bañeras o tinas y platos o pisos de ducha. Los diversos elementos no solo presentan depósitos de cal o sarro, sino que también contienen residuos alimentarios o corporales aglutinados en unos filamentos negruzcos. Pon en remojo las piezas móviles de metal en un recipiente con agua caliente y vinagre, y frota las piezas fijas con vinagre puro.
Los inodoros:
Para quitar la cal o sarro del fondo de la taza del inodoro, vierte una cacerola con agua tibia hirviendo y 3 tazas de vinagre de vino blanco, y frota energéticamente. Si los resultados no son satisfactorios, frota con bicarbonato sódico o de sodio y deja que actúe toda la noche.
¿Sabes algún otro truco?
Con información de: los consejos secretos de las abuelas
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