Cronista, escritor, dramaturgo, Juan Villoro platicó sobre Internet, sobre el misterio de Saturno, y también sobre su tema favorito: México.
Por Daniela Flores, coeditora de la revista Fernanda.
De Juan Villoro se pueden leer muchas frases unísonas. Que si es el heredero de la crónica de Carlos Monsiváis, que si es uno de los escritores latinoamericanos más prominentes o un gurú del periodismo mexicano; que ha tenido éxito premiado por la crítica y por sus lectores.
Foto: Cortesía Almadía
Lo mismo lo ves en eventos marginales que en Bellas Artes o tuiteando a sus más de 320 mil fieles seguidores. La palabra de Villoro pesa y vale igual que la terminación de su apellido: oro. De voz explicativa, casi pedagógica, como si estuviera dando una de sus cátedras en la Universidad de Princeton, «el cronista de las ideas», como se ha llegado a autodefinir, tiene una frase favorita de la cultura popular mexicana: La que dijo la tía de Jorge Ibargüengoitia: «La vida quiso que yo fuera desgraciada, pero no me dio la gana«.
Estrenaste tu obra de teatro, La desobediencia de Marte, ¿de qué va?
Habla de dos astrónomos del siglo XVI, Johannes Kepler y Tycho Brahe. Retrato cómo se podían necesitar y al mismo tiempo odiar, y de esa enemistad surgió uno de los resultados más importantes de la ciencia (resolver el movimiento de los planetas en su órbita alrededor del Sol). Después, la trama se desplaza a dos actores en el año 2017. El conflicto central es la astronomía privada, que es tan complicada como la de las galaxias.
¿Quién de nosotros verdaderamente conoce a la gente cercana? Te sorprende que un primo, un hermano o tu padre, tu novia, tu novio, tengan ciertas reacciones que no les podrías atribuir, y tú dices: «Yo desde hace 30 años conozco a esta persona, ¿cómo es posible que ahora hace esto y me está sorprendiendo?. Somos, en ese sentido, un reservorio de sorpresas para nosotros mismos, en cuanto al cosmos damos por sentado que todo va a ser difícil de averiguar y que todo va a a ser sorpresivo, damos por sentado que no lo conocemos, entonces vamos buscando lo que no conocemos. Con las personas es al revés, pensamos que las conocemos, pero luego se revelan tan misteriosas como Saturno o como cualquier otro planeta.
Como el mismo cosmos…
Exactamente, un poco yo quería plantear esta tensión que está en todos nosotros. Averiguar lo más lejano, es tan difícil como averiguar lo más cercano.
Dices: «Cada entorno tiene símbolos que producen ilusiones». ¿Cuáles estamos viviendo en la era de internet, que parece un mundo repleto de ideas?
El de la actualidad es un mundo muy complicado, porque somos los primitivos de una nueva civilización; es decir, la realidad virtual desplegada los últimos años ha traído herramientas que todavía no sabemos muy bien cómo manejar. Estamos como el principio de la Edad de Hierro, en la que de pronto se hacía un cuchillo y el uso que se le daba a lo mejor no era el más apropiado.
Hay una transformación total de las costumbres y también de cómo circula la información, entonces, quienes éramos mas o menos críticos respecto a las redes, pues cuando ganó Donald Trump tuvimos que volvernos aún más críticos, porque en buena medida su triunfo se explica por la distorsión de la verdad que se ha dado a conocer en espacios como Facebook, Twitter, etcétera. No es casual que el diccionario Oxford considerara que la palabra más importante del 2016, era posverdad, es decir, justamente, la distorsión de la verdad.
Entonces, estamos en un nuevo momento tenemos una herramienta fabulosa, porque nos podemos comunicar instantáneamente, podemos acceder a muchísimas informaciones que antes nos estaban vedadas, es muy difícil que se establezca una censura, eso es muy interesante.
Por ejemplo, yo me acuerdo de los tiempos del franquismo en España. Mi padre nació en Barcelona, vivía en México, en aquella época, para que los españoles se enteraran de lo que verdaderamente pasaba en España, tenían que ir a Francia y leer las noticias en Francia. Hoy en día, internet, te da mucha información.
Las ventajas son evidentes. Pero también estamos ante una distorsión de la realidad, ante una evasión de nosotros mismos. Pienso en la participación política, mucha gente considera que por mandar un tuit contra Peña Nieto ya actuó políticamente, y eso no es más que un fuego artificial o sea, tú puedes condenar muchas cosas en la red y te desahogas y te sientes bien, pero eso no cambia la realidad, es como el mayor regalo que el capitalismo postindustrial podría recibir: el tener este sistema de entretenimiento de toda la gente, que es como si se estuviera viendo al espejo y está haciendo gestos inocuos que no transforman nada, y es algo muy grave. Yo creo que debemos tener una actitud crítica sin dejar de utilizar los beneficios de las redes.
Los líderes de opinión hoy son youtubers y blogueros, ¿cuál es el papel de un intelectual frente a ellos?
Puede haber un artista muy tímido que no concede entrevistas, que se limita a publicar sus libros, que escriba sonetos de amor y eso es válido. ¿Qué tanta importancia cultural o mediática tiene esto? Probablemente no tanta como la de un youtuber, pero yo creo que nosotros no estamos compitiendo. En todas las épocas ha habido merolicos, vendedores de licores imaginarios, grandes charlatanes, magos… ha habido de todo.
Cristiano Ronaldo tiene 200 millones de seguidores. ¿Realmente piensa cosas interesantes? ¡Yo creo que no! Pero tiene sus seguidores, digo por su inmenso carisma y por el repudio de sus adversarios, que lo siguen de cualquier manera en la cancha, entonces todo eso es engañoso.
Por ejemplo, Zabludovsky fue el hombre-noticia por décadas. Juan Rulfo no tenía rating AAA, pero su nombre perdurará mucho. Creo que ahí no hay que preocuparse demasiado. La cultura sigue.
¿Qué es lo mejor y lo peor de México?
Lo mejor, la gente, la comunidad, la creatividad y la cultura.
Lo peor, la corrupción, la violencia, la impunidad y la desigualdad, tenemos un país en donde los afectos son muy ricos y las normas cívicas son muy débiles.
Esto, entre lo peor y lo mejor se entrelazan en algún momento…
Totalmente. Se entrelazan lo mejor y lo peor, digamos que México es un país donde nos la pasamos muy bien. Hay grandes fiestas, hay grandes ceremonias y al mismo tiempo, en este país de jolgorio y de desmadre hay mucha violencia, mucha corrupción y mucha injusticia. Tenemos un país de dos velocidades en donde, por momentos estamos participando en un carnaval y por momentos en un apocalispis, pero lo más misterioso es que a veces las dos cosas se juntan, como tú apuntabas un poco en tu pregunta.
A veces estamos en el carnaval y en el apocalipsis, o sea, estamos en una fiesta sensacional, y de pronto salimos y a alguien lo mataron afuera. Desgraciadamente esto se ha vuelto norma en México, entonces, digo la solución del país sería que se pareciera más la comunidad, es decir, el conjunto de valores afectivos y culturales compartidos a la sociedad que son las normas cívicas, las leyes, y los derechos que no existen.
¿Cuál es tu actriz favorita de todos los tiempos?
Catherine Deneuve, por guapa.
¿Tu final mundialista favorita?
Brasil contra Italia en 1970. Que quedaron 4-1 en el Estadio Azteca. Yo estaba presente. La primera final en la que el equipo que anotó primero perdió el mundial.
¿Hay vida en la tierra?
Hay vida en la Tierra, pero la mayoría que vive en ella está en la Luna.
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