Tiene lo que toda celebridad: fans y haters. ¿Qué hace Chumel Torres para ser un líder de opinión?
Por Daniela Flores, coeditora de la revista Fernanda.
Chumel Torres tiene lo que toda celebridad: fans y haters. Todo comenzó con un famoso tuit en 2012: «AMLO propone la Secretaría de la Honestidad. Ojalá proponga pronto la Secretaría de Dejar de Mamar Tantísima Verga». 114 caracteres que llevaron al norteño de ser un ocurrente ingeniero en Chihuahua a ser el comediante que rompe internet con casi dos millones de seguidores (y contando) en su noticiero de sátira política, El Pulso de la República, transmitido vía YouTube; el conductor estrella de un late night talk show en la cadena HBO, que va por su segunda temporada, tras una primera que fue la más vista a través de HBO GO en México, tan sólo detrás de Game of Trones; y autor de un libro de humor sobre la historia de México, inspirado en el best seller Rius. Este hombre, que ha sido de todo y sin medida, polémico, y sin tantita madre a la hora de dar su opinión, crear y ser irreverente, se define como «un tipo feliz que trabaja en su sueño».
Lo mismo sales vestido de mujer que desnudo tocándole un dedo a Dios, ¿qué ha sido lo más audaz que has hecho o dicho?
Cuando le dije a mi papá, hace cinco años, que iba a renunciar a mi trabajo de ingeniería para ser youtuber. Esperaba que me dijera: «¿Qué te pasa, estúpido? ¿Estás pendejo?» Pero siempre me echó la mano.
¿Por qué crees que los medios tradicionales no te pelaban antes, cuando ya eras noticia en la BBC, Al Jazeera o The Guardian?
Me veían como competencia. ¡Ya teníamos notas internacionales y, en México, ¡ni una sola, wey! Ya después dijeron en medios electrónicos que nos pagaban una cantidad de lana exorbitante por hacer el noticiero. Fue muy raro para mí.
https://www.youtube.com/user/elpulsodelarepublica
¡Cómo, wey! ¡Cállense… la boca! ¡Y dejen pasar a los que estamos queriendo hacer nuevos proyectos!
¿A qué le achacas esta crisis en los medios, qué está cambiando en México?
Leí una encuesta reciente que decía que los medios tradicionales estaban en su punto más bajo, pero esto obedece no tanto a que el Internet les haya pegado, más bien los noticieros no se esforzaron en conquistarnos. Fue una cosa gachísima ver las peleas entre ellos, y la gente se da cuenta de eso. El público vio que había más fuentes de información. Se me hace que las redes sociales abrieron esa puerta al decir: «Sí, compitan y díganme lo que piensan». Lo que veo es que, en este momento, México es un país sin capacidad de diálogo. Si yo digo algo de un partido, mal. Si digo lo otro, mal. ¡Uta! ¿Cómo hacer tu chamba?
Una de las páginas de su libro La historia de la república. ¡Puro desmadre!
¿Cómo vives ser un líder de opinión y que te comparen hasta con Zabludowsky?
La gente siempre tiende a creer en un caudillo. Me descorazona que me comparen con alguien con tanta trayectoria y que hizo cosas tan padres. No estoy acostumbrado ni quiero estarlo nunca, ni voy a presumir jamás que somos la nueva generación del periodismo, porque no lo somos.
No somos el avatar del nuevo periodismo ni la antorcha campesina que va a liberar al mundo, a la libertad editorial. No. Buscamos nuestra libertad de expresión y la gente responde a eso.
¿Qué consejo le darías a alguien que quiere hacer algo y no se anima?
Que no hagan nada. Si no han empezado ya, ríndanse. Si no les está quemando por dentro, ya ni lo intenten, porque la gente que de verdad quiere, ya empezó. No hay cosa que te haga pararte y decir «hoy voy a empezar». Si no has comenzado, tenle tantito respeto a tu sueño y empiézalo ya. Si no, no estés fregando.
