Como todas, las fantasías financieras son bonitas, pero peligrosas.
Todas quisiéramos vivir en un mundo ideal, en el que todo marche sobre ruedas; sin embargo, vivir una vida de fantasía puede hacer más daño que bien, especialmente cuando se trata de una fantasía financiera.
Es importante tomarte el tiempo de analizar tus finanzas de manera realista, pues esto te permitirá tener éxito con el dinero después. Si con frecuencia piensas «No tengo dinero» y luchas por comprender tu situación financiera mientras gastas demasiado, es posible que estés viviendo una fantasía en lo que respecta a tus finanzas.
Aquí te damos algunas señales de que puedes estar viviendo una fantasía financiera.
¿Cómo saber si estoy viviendo una fantasía financiera?
Vivir una vida de fantasía significa ignorar lo que realmente sucede en la vida real. Esto puede llevarte a tomar malas decisiones financieras sin tener en cuenta las consecuencias, pues empiezas a creer en resultados poco realistas y, a menudo, quedas peor que antes.
Quizá estés fantaseando con tus finanzas y simplemente no lo sepas. Aquí te dejamos algunas formas en las que podrías vivir en un mundo de fantasía con tu dinero, para que comiences a reconocerlas y salir de ellas.
1. Creer que tu deuda desaparecerá por milagro
Aunque la condonación de préstamos existe, es la excepción, no la regla. Por lo general, las instituciones financieras recurren a un despacho de cobranza, con el fin de cobrar, negociar o reestructurar el crédito, préstamo o financiamiento, así que es realmente extraordinario que te perdonen la deuda.
Con estas estadísticas, creer que no tendrás que pagar tu deuda definitivamente es más un sueño que una realidad. Además, hay consecuencias por evitar tus obligaciones financieras.
No pagar una deuda con la esperanza de que sea perdonada afectará negativamente tu historial crediticio, lo cual puede causar problemas al comprar o alquilar una casa o acceder a capital financiero futuro.
2. Usar un crédito sin un plan
El uso de tarjetas de crédito puede tener algunas ventajas cuando sabes usarlas con prudencia y disciplina.
Sin embargo, estás viviendo una fantasía financiera si tienes el hábito de gastar sin un plan. En especial si piensas que puedes pagar la factura de la tarjeta de crédito al final de cada mes, aunque no tienes ni idea de cómo lo lograrás.
Por eso debes tener un plan sobre cómo pagarlo, de lo contrario, tu deuda solo crecerá exponencialmente debido a los intereses.
Limita tu gasto crediticio a lo que realmente tienes en efectivo para pagar y no terminar endeudada.
3. Decir que ahorrarás dinero sin un plan para hacerlo
Decir que ahorrarás dinero pero vivir al día con la quincena es vivir otra fantasía financiera. Así como el crédito bien usado requiere de un plan, también los ahorros.
Al crear un plan de ahorro pregúntate: ¿para qué estás ahorrando? ¿Dónde guardarás tu dinero? ¿Cuánto debo ahorrar cada mes?
Este es el comienzo de la creación de un plan para ahorrar dinero. Luego abre cuentas de ahorro que hayas incluido en tu plan y transfiere el dinero automáticamente a tus cuentas para que no tengas que pensar en ello. Así es como conviertes tus objetivos de ahorro en realidad.
4. No tener un presupuesto
Andar siempre limitándote pero en realidad no tener un presupuesto que de hecho te marque límites es otra fantasía financiera que puedes estar viviendo.
Un presupuesto es la forma óptima de planificar tu dinero de forma proactiva, entonces, si no tienes uno, ¿cuál es la guía para limitarte? Por otro lado, un presupuesto no significa que no gastes dinero, sino que tienes un plan sobre hacia dónde irá.
5. Querer generar riqueza pero no invertir
Para la mayoría de las personas, el objetivo financiero final es generar riqueza. No sólo riqueza que puede disfrutar ahora, sino riqueza para el futuro. No invertir limita tu capacidad de hacer crecer exponencialmente esa riqueza.
La inversión es el vehículo para la acumulación de riqueza y de esta manera haces que el dinero trabaje para ti. Es decir, ganas dinero de forma pasiva, sin cambiar tu tiempo por ingresos.
Hay muchas formas de invertir, incluida la inversión en valores o la inversión en bienes raíces. Incluso si no tienes mucho dinero, puedes aprender cómo empezar a invertir, con recursos como cetes.
6. Creer que algo maravilloso te llevará a la libertad financiera
Aunque a todas nos encantaría ganar la lotería o casarnos con un rico, este no es un plan financiero realista.
Así como Barbie debe ponerse unas Birkenstock y atravesar su camino, nosotras tenemos que trabajar para crear nuestra propia libertad financiera.
Eso incluye aprender la mejor manera de salir de deudas, invertir y administrar mejor administrador el dinero en general. No dejes que tu fantasía decida tu situación financiera.