Ya puedes comprar el nuevo libro de los Juegos del Hambre. Esta historia es una precuela y aquí ¡Snow es el héroe! Dale un vistazo al primer capítulo aquí.
Es la mañana de la cosecha de los décimos Juegos del Hambre, Coriolanus Snow, de dieciocho años, se está preparando para alcanzar la gloria como mentor en los Juegos… La nueva novela The Ballad of Songbirds And Snakes sucede 64 antes de que Katniss se ofreciera como tributo y tiene a Snow como protagonista.
Tenemos tres buenas noticias para ti. La primera es que Gandhi anunció que ya se abrió la preventa para comprar la precuela Ballad of Songbirds And Snakes. Tiene 528 páginas cuesta $479 y podrás tenerla en tus manos a partir del 18 de mayo (en envío es gratis), el único pero es que está en inglés. Su versión en español se cree llegará hasta junio.
Habrá un nuevo libro de Crespúsculo:Midnight Sun
Suzanne Collins publicó un video donde ella lee cómo empieza su libro, ahí introduce a Snow como el protagonista y su primo, que seguro sorprenderá a muchas. Aquí está el video.
En cuanto a nuestra última buena noticia, la revista Entertainment presentó el primer extracto de la novela y nosotros tomamos parte de lo publicado y lo tradujimos para que puedas darte una idea más clara sobre la nueva novela de Suzanne Collins.
Extracto del primer capítulo de The Ballad of Songbirds and Snakes
La gran escalera que conducía a la Academia podía contener a todo el alumnado, por lo que acomodaba fácilmente la corriente de funcionarios, profesores y estudiantes que se dirigían a las festividades del día de la cosecha. Coriolanus lo subió lentamente, intentando una dignidad casual en caso de que llamara la atención de alguien. La gente lo conocía, o al menos conocían a sus padres y abuelos, y se esperaba un cierto estándar de un Snow. Este año, comenzando este mismo día, esperaba lograr el reconocimiento personal también. La tutoría en los Juegos del Hambre fue su proyecto final antes de graduarse de la Academia en pleno verano. Si dio un desempeño impresionante como mentor, con su excelente historial académico, Coriolanus debería recibir un premio monetario lo suficientemente sustancial como para cubrir su matrícula en la Universidad.
Habría veinticuatro homenajes, un niño y una niña de cada uno de los doce distritos derrotados, atraídos por la lotería para ser arrojados a una arena para luchar hasta la muerte en los Juegos del Hambre. Todo estaba establecido en el Tratado de Traición que había puesto fin a los Días Oscuros de la rebelión de los distritos, uno de los muchos castigos de los rebeldes. Como en el pasado, los tributos serían arrojados al Capitol Arena, un anfiteatro ahora en ruinas que se había utilizado para eventos deportivos y de entretenimiento antes de la guerra, junto con algunas armas para asesinarse entre sí. Se animó a ver en el Capitolio, pero mucha gente lo evitó. Cómo hacerlo más atractivo fue el desafío.
Con esto en mente, por primera vez los tributos iban a ser mentores asignados. Veinticuatro de los mejores y más brillantes seniors de la Academia habían sido elegidos para el trabajo. Los detalles de lo que esto implicaba todavía se estaban resolviendo. Se habló de preparar cada tributo para una entrevista personal, tal vez algo de preparación para las cámaras. Todos estuvieron de acuerdo en que si los Juegos del Hambre continuaban, debían evolucionar hacia una experiencia más significativa, y el emparejamiento de la juventud del Capitolio con los tributos del distrito había intrigado a la gente.
Coriolanus se abrió paso a través de una entrada cubierta con pancartas negras, bajó por un pasaje abovedado y entró en el cavernoso Heavensbee Hall, donde verían la transmisión de la ceremonia de cosecha. De ninguna manera llegó tarde, pero el salón ya estaba lleno de profesores y estudiantes y varios oficiales de los Juegos que no fueron requeridos para la transmisión del día de apertura.
Los Avoxes se abrieron paso entre la multitud con bandejas de posca, una mezcla de vino acuoso mezclado con miel y hierbas. Era una versión intoxicante de las cosas agrias que habían sostenido al Capitolio durante la guerra, supuestamente para evitar enfermedades. Coriolanus tomó una copa y agitó un poco de la posca alrededor de su boca, con la esperanza de enjuagar cualquier rastro de aliento de col. Pero solo se permitió un trago. Era más fuerte de lo que la mayoría de la gente pensaba, y en años anteriores había visto a los estudiantes de clase alta hacerse completamente tontos emborrachándose demasiado.
El mundo todavía pensaba que Coriolanus era rico, pero su única moneda real era el encanto, que extendió generosamente mientras se abría paso entre la multitud. Los rostros se iluminaron mientras saludaba amistosamente a estudiantes y maestros por igual, preguntando acerca de los miembros de la familia y soltando cumplidos aquí y allá. «Tu conferencia sobre represalias del distrito me persigue». «Me encanta el flequillo!» ¿Cómo fue la cirugía de espalda de tu madre? Bueno, dile que es mi heroína.
Dean Casca Highbottom, el hombre acreditado con la creación de los Juegos del Hambre, supervisaba personalmente el programa de mentores. Se presentó a los estudiantes con todo el entusiasmo de un sonámbulo, de ojos soñadores y, como siempre, dopado en morphling. Su físico una vez bien era encogido y cubierto con piel flácida. La precisión cortante de un corte de pelo reciente y un traje crujiente solo alivió su deterioro. Debido a su fama como inventor de los Juegos, todavía tenía un tenue control sobre su posición, pero había rumores de que la Junta de la Academia estaba perdiendo la paciencia.
«Ho», dijo arrastrando las palabras, agitando un trozo de papel arrugado sobre su cabeza. «Leyendo las cosas ahora». Los estudiantes se callaron, tratando de escucharlo por encima del estruendo del pasillo. “Leí un nombre, luego usted, quien lo obtuvo. ¿Derecha? Entonces bien. El Distrito Uno, muchacho, va a … Dean Highbottom entrecerró los ojos para mirar el periódico, tratando de concentrarse. «Gafas», murmuró. «Los olvidé». Todos miraron sus lentes, ya posados en su nariz, y esperaron mientras sus dedos los encontraban. “Ah, aquí vamos. Livia Cardew.
La carita puntiaguda de Livia rompió en una sonrisa y golpeó el aire en victoria, gritando «¡Sí!» en su voz aguda. Ella siempre había sido propensa a regodearse. Como si la asignación de ciruela fuera solo un reflejo de ella, y no de su madre administrando el banco más grande del Capitolio.
Coriolanus sintió una creciente desesperación cuando Dean Highbottom tropezó con la lista, asignando a los niños y niñas de cada distrito un mentor. Después de diez años, había surgido un patrón. Los distritos 1 y 2 mejor alimentados y más amigables con el Capitolio produjeron más vencedores, y los tributos de pesca y agricultura de 4 y 11 también fueron contendientes. Coriolanus esperaba un 1 o un 2, pero ninguno fue asignado a él, lo que se hizo más insultante cuando Sejanus Plinth anotó al chico del Distrito 2. El Distrito 4 pasó sin mencionar su nombre, y su última oportunidad real de vencedor, el niño del Distrito 11, fue asignada a Clemensia Dovecote, hija de la secretaria de energías. A diferencia de Livia, Clemensia recibió noticias de su buena fortuna con tacto, empujando su mechón de cabello negro sobre su hombro mientras observaba cuidadosamente su tributo en su carpeta.
Algo andaba mal cuando un Snow, que también resultó ser uno de los estudiantes de alto honor de la Academia, no fue reconocido. Coriolanus comenzaba a pensar que lo habían olvidado, ¿tal vez le estaban dando una posición especial? Cuando, para su horror, escuchó a Dean Highbottom murmurar: «Y por último, pero menos importante, la niña del Distrito Doce … pertenece a Coriolanus Snow».
5 grandes libros de thriller que jugarán con tu mente
