Hasta hace unos años, en México, se podían comprar antibióticos en cualquier farmacia sin prescripción médica. Si te sentías mal, tu mamá o tu tía te recetaban […]
Hasta hace unos años, en México, se podían comprar antibióticos en cualquier farmacia sin prescripción médica. Si te sentías mal, tu mamá o tu tía te recetaban lo que debías tomar. Pero esa historia cambió, ¿sabes por qué?
Uno de los malos hábitos que preservamos durante la segunda mitad del siglo XX fue el uso sin restricción de antibióticos. Generacionalmente los usamos para aliviar cualquier enfermedad, sin saber si era provocada por un virus o una bacteria.
La consecuencia hoy es que, según informes de la Secretaría de Salud, cerca del 60 % de los mexicanos han desarrollado resistencia a sus efectos, lo que nos convierte en sujetos vulnerables ante transtornos respiratorios y gastrointestinales.
Según la Organización de las Naciones Unidas, el uso indebido de antibióticos ha originado que en el mundo se generen resitencias a enfermedades como la tuberculosis, VIH, malaria y gripe, con variantes, como la llamada A, que ya no responde a una de las dos familias de fármacos existentes.
Frente a este panorama es importante actuar, ¿cómo?, aunque lo hemos escuchado hasta el cansancio, lo más recomendable siempre es prevenir las enfermedades con una dieta y hábitos saludables.
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Es importante que vigiles bien las pastillas y medicamentos que ingieras. Cuida que, si contienen algún tipo de antibiótico, sea vigilados por un especialista. Es hora de cuidar nuestro cuerpo.
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Otra alternativa es probar con antibióticos naturales o sistemas médicos clínicos como la homeopatía, que estimulen a tu cuerpo a reparar, gestionar o fortalecer tu sistema inmune.
Y ojo, la próxima vez que tu tía quiera hablar de antibióticos porque te duele la panza, píensalo dos veces antes de hacerle caso.
