Es muy agotador ser “La Mujer Maravilla”: la que todo puede, la que todo resuelve, la que todo lo hace bien, la que practica ejercicio, la que […]
Es muy agotador ser “La Mujer Maravilla”: la que todo puede, la que todo resuelve, la que todo lo hace bien, la que practica ejercicio, la que cuida, la que es fuerte y valiente.
Dice una amiga necesitada de hacer un pausa.
La sociedad nos exige demasiado. Nosotras aprendemos a exigirnos demasiado y nos estiramos hasta no poder más para “lograr” hacer, hacer y hacer, todos los días.
Mientras más actividades tengamos en 24 horas, más “orgullosas” nos sentimos de nosotras mismas, y hasta creemos que otras personas nos admirarán y seremos “merecedoras” de amor y reconocimiento.
No creas que estarías siendo mediocre porque en esta pandemia no aprendiste dos idiomas. No pienses que eres menos valiosa porque no produces millones de pesos al mes, ni te creas inferior porque no te interesa cumplir con los estándares de belleza de las revistas y las telenovelas.
1) A veces es mejor darle prioridad a los temas importantes y no a los urgentes.
Aunque el baño esté asqueroso y sea “urgente” lavarlo, será más “importante” sentarte a comer rico y con calma, es un acto de amor y cuidado a ti.
Las personas que VERDADERAMENTE nos aman, serán felices con nuestro bienestar, no explotándonos ni viéndonos enfermas física o emocionalmente.
Y sí, eso es muy bello, nos llena de regocijo. Pero también podemos probar cuidarnos primero a nosotras, tratándonos como trataríamos a nuestros hijos o hijas, a nuestra mejor amiga o al marido.
Amarnos y que nos amen simplemente por lo que somos y cómo somos, por nuestra presencia única, sin necesitar llenarnos de máscaras para agradar.
“Quiero ser la mejor madre”, “soy ambientalista”, “soy un ser espiritual”, “soy fitness”, “soy la mejor amante”.
Tienes derecho a tener el modo de vida que quieras, pero sin que tus prácticas se conviertan en una loza pesada para pertenecer
Somos “adecuadas” y valiosas, así, con todo lo que nos gusta y también con lo que no nos gusta de nosotras. No nacimos “erróneas” ni tenemos ningún desajuste.
Quizá no hemos tenido oportunidad de notarlo, pero cuando nos tratamos bonito y nos cuidamos, nos volvemos más fuertes y logramos salir de los momentos de crisis más rápido.
Sin decirte frases como: “yo soy valiente y puedo con esto y más”, “yo no lloro porque nadie merece mis lágrimas”… Podemos cambiarlas por frases como: “hoy me siento vulnerable y lo que está sucediendo me duele”, “lloraré todo lo que sea necesario porque soy humana”.
Bienvenida la vida, bienvenida la libertad.
Feliz nuevo comienzo.