Quizá con el pretexto de que el ciclo solar de 365 días ha llegado a su fin, las personas tendemos a hacer un balance de nuestras vidas, […]
Quizá con el pretexto de que el ciclo solar de 365 días ha llegado a su fin, las personas tendemos a hacer un balance de nuestras vidas, cada vez que en el calendario se aproxima al final de un año más. Con el festejo anual del Año Nuevo que sucede al Año Viejo, surge en nuestra mente el pensamiento de la posibilidad de hacer cambios en nuestras vidas y de crecer.
Tradicionalmente, en los últimos segundos del año, los mexicanos formulamos propósitos y deseos de cara al siguiente ciclo; nos planteamos una vida nueva. Aunque, todos los que hemos realizado propósitos o nos hemos planteado deseos para el Año Nuevo estamos acostumbrados a que muy pocas veces los podemos cumplir en su totalidad.
Existen estudios que confirman lo anterior, aunque quizá como ejercicio personal bastaría con preguntarles a unos cuantos conocidos respecto a sus propósitos y el cumplimiento de los mismos, para que cada quien lo corrobore. No obstante, antes de pensar en plantearnos los tradicionales 12 propósitos de Año Nuevo, es importante pensar en el por qué y el para qué de dichas metas. En ese sentido, lo planteado tiene que ver con definir, primeramente, qué es exactamente lo que queremos y deseamos para nosotros, para, posteriormente, encontrar la forma de lograrlo.
- Lee también:
15 cosas de las que ninguna mujer jamás debería avergonzarse
¿Por qué es importante identificar tus emociones?
A pesar de que hay algunos propósitos típicos que son muy valiosos e importantes como dejar de fumar o perder peso, en el fondo responden a necesidades más profundas. Por ejemplo, quien quiere dejar de fumar y cuidar su figura, no sólo quiere mejorar su salud y reducir la cintura; en el fondo, son cambios que reflejan que la persona quiere sentirse mejor consigo mismo, cuidarse más, seguramente porque sabe que fumar y no comer sano son, simplemente, una manera de exteriorizar lo insatisfecho, estresado, triste o enojado que se siente.
Lo importante consiste en cambiar aquello que realmente nos duele y lastima, aquello que arrastramos, a veces por años, y que nos provoca malestar. Debemos atacar el “virus” que nos provoca la gripe, y no sólo atacarlos estornudos. Todos sabemos que el hacer frente a esos síntomas no alivia la enfermedad, sino, más bien, la empeora, en muchos casos. Por lo que antes de plantear los propósitos para el 2012, detengámonos a pensar. Quizá no son 12 los propósitos que necesitamos cumplir. Debemos enfocar mejor nuestros esfuerzos a lo que realmente queremos lograr. Entre más y mejor nos conozcamos y más honestos seamos con nosotros mismos, nuestros propósitos serán más realistas y, por consiguiente, más fáciles de cumplir.
Firma:
Psic. Alejandro Silva
Clínica de Asistencia de la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM). www.spm.org.mx.
