Todos queremos una vida espiritual plena pero es imposible lograrlo si el perdón verdadero no es una realidad en nuestras vidas. ¿Cómo podemos perdonar? «Si no perdonas […]
Todos queremos una vida espiritual plena pero es imposible lograrlo si el perdón verdadero no es una realidad en nuestras vidas. ¿Cómo podemos perdonar?
«Si no perdonas por amor, perdona al menos por egoísmo, por tu propio bienestar» dice el Dalai Lama. El perdón es una herramienta del verdadero amor, no solo es una palabra, tiene el poder de liberarnos del dolor y reconstruir tanto nuestras relaciones como nuestro bienestar. Debemos incorporarlo como sistema de vida, ya que todos en algún momento estaremos en el extremo de tener que perdonar o de necesitar del perdón.
No existen recetas infalibles y fáciles para lograr perdonar, pero si podemos tomar pasos concretos que nos ayuden en el proceso:
1 Reconoce que estás sufriendo por una ofensa y que está afectando tu vida. No lo niegues, ni evadas la situación.
2 Identifica: ¿por qué sufres?, podrías pensar que la respuesta es obvia: “Porque me lastimaron”, pero la respuesta es más profunda y puede ser que estés sufriendo no por lo que te hicieron, sino por lo que despertó en ti ese daño (experiencias pasadas sin resolver, como recordar la forma en que te trataban cuando niño, la vez que te decepcionaron o abusaron de tu confianza, etcétera). Se trata de darle el valor real a la ofensa sin las cargas emocionales del pasado.
3 Toma tu responsabilidad en la situación. Aceptar si también participaste en alguna medida en ese hecho que nos dañó. Es fácil ver lo que el otro hizo, reflexionar sobre tu papel en esa situación sin cargarlo de emoción puede ayudarte a ver “la ofensa” de forma objetiva y así te afectará menos.
4 Decide perdonar. Llegar a la conclusión de que el dolor debe cesar y que no deseas seguir atada al resentimiento y que los única que puede romper con eso eres tu.
5 Enfócate en lo positivo y no repitas mentalmente imágenes y pensamientos del pasado que te hagan sufrir. No te veas como víctima de la historia. No puedes cambiar lo sucedido, pero si puedes tener control de lo que esa ofensa te hace sentir.
¿Cómo nos aseguramos que en realidad perdonamos? Cuando llega el momento en que nos liberamos de la carga interna que producen las heridas del pasado y aprendemos a disfrutar el presente. El pensar en la ofensa ya no duele más. Como decía la Madre Teresa de Calcuta “El perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás paz en tu alma y la tendrá el que te ofendió”.
¿Eres de las que perdona, pero no olvida, o buscas perdonar de corazón?