¿Quieres lucir más bella y saludable? Dormir más horas puede ser la respuesta a lo que buscas… El sueco John Axelsson publicó en el British Medical Journal […]
¿Quieres lucir más bella y saludable? Dormir más horas puede ser la respuesta a lo que buscas…
El sueco John Axelsson publicó en el British Medical Journal en 2010, los resultados de una investigación sobre el tema de las repercusiones de dormir en nuestro aspecto físico, con el título Beauty Sleep.
Para este estudio, fueron fotografiadas veintitrés personas entre los 18 y los 31 años después de haber dormido ocho horas. Una siguiente foto se tomó después de dormir cinco horas y la tercera foto después de permanecer despiertos 31 horas seguidas. Posteriormente, las fotos fueron evaluadas según tres categorías: qué tan saludables, atractivas o fatigadas se veían las personas.
La principal conclusión fue que las personas se percibían como menos atractivas y saludables, así como mucho más cansadas y tristes, cuando se les privaba del sueño. La percepción de salud bajaba un 6%; la de atractiva, un 4%; y la de cansancio se elevaba en 19%… ¡Sorprendente! ¿No crees?
Por ello, dormir bien sí tiene relevancia, pues las señales de una piel envejecida y alterada se intensifican, además de que la salud se deteriora.
A continuación conoce los beneficios de dormir en nuestra belleza:
El sueño reparador
La piel es la primera en denotar la falta de sueño, ya que se sensibiliza, luce opaca, seca y se acentúan las ojeras, bolsas y arrugas. Esto sucede porque al no dormir suficiente y en las condiciones adecuadas, alteramos procesos básicos que se dan en nuestro organismo. La dermatóloga Rossana Janina Llergo nos explica qué procesos ocurren en el cutis mientras dormimos…
a) Se da la renovación celular
Durante la noche, la piel pasa de una fase de protección a una de restauración y reparación.
Para entender este último proceso, necesitamos saber que todas las células de nuestro cuerpo cumplen con un ciclo biológico llamado ciclo circadiano. El metabolismo celular es mucho más activo durante la noche; en este periodo hay un equilibrio dinámico, se generan células nuevas y perdemos células que ya cumplieron su ciclo natural. En el caso de la piel, esto permite mantener el espesor adecuado de la epidermis y la calidad general de todas las capas.
b) Se repara del daño.
La principal agresión que recibe la piel es la generación de radicales libres por la radiación ultravioleta, la contaminación, el estrés y los malos hábitos, como el tabaquismo. El organismo responde a esto durante la noche, liberando en mayor cantidad hormonas específicas, como la del crecimiento o la melatonina, que tienen una poderosa acción antioxidante que contrarresta y protege de la acción de estos radicales libres.
Como las hormonas y antioxidantes se liberan en mayor cantidad en la noche, no sirve de nada que trates de compensar las horas que no dormiste con una siesta. El cuerpo no se recupera igual que como lo hace de noche.
La piel es más permeable
La doctora Nadine Pernodet, directora ejecutiva de biología de la piel, investigación y desarrollo de Estée Lauder Companies, nos explica que las células dérmicas forman una barrera compacta durante el día para protegerla de agresiones externas y durante la noche, se relajan para permitir que las enzimas puedan reparar el daño y se eliminen las células muertas y toxinas.
Consecuencias de la falta de sueño
Si estos procesos se alteran, ya sea porque dormiste pocas horas o la calidad del sueño no fue buena, tu salud y belleza lo resentirán. Hablando específicamente de la piel, éstas serán algunas de las consecuencias:
- Se acelera el envejecimiento
En el momento en que las enzimas y sistemas antioxidantes no están funcionando adecuadamente, la piel no puede librarse del daño que los radicales libres le generan, lo cual provoca manchas y arrugas.
Las manchas se dan por el daño que el sol va causando durante el día. De no haber una reparación adecuada, se favorece la aparición prematura de las manchas, y si el daño acumulado es mayor, puede propiciar incluso cáncer de piel.
Con el colágeno y la elastina -proteínas que dan soporte y elasticidad a la piel-, ocurren dos situaciones: Al no descansar, por una parte el metabolismo de los fibroblastos –células que las generan- se altera y no produce suficiente cantidad de ellas; por otra parte, los radicales libres degradan las ya existentes, por ello aparecen y se intensifican más las arrugas, las líneas y aparece la flacidez.
- Se afecta la hidratación
El estrato corneo, que es la capa más expuesta de la piel, tiene una función de barrera: Mantiene la humectación y evita que los microorganismos entren. Cuando su función se altera durante la noche, la piel se deshidrata de más.
Asimismo, diariamente el cuerpo elimina toxinas mediante el sudor y la respiración, en promedio perdemos medio litro de agua. La falta de sueño reduce la capacidad de la piel para mantener el balance hídrico adecuado, lo que genera apariencia cansada: piel con falta de brillo, opaca y sin vida.
También, como comentamos al principio, el cuerpo elimina células muertas durante el sueño, las células se desescaman, si se interrumpen los procesos estas células quedan en la piel, dejándola áspera.
3) Se exacerban padecimientos ya existentes
Cuando no dormimos lo suficiente, se produce más cortisol -la llamada hormona del estrés-, que provoca inflamación en el cuerpo, lo cual afecta la calidad de la piel, sobre todo en personas que tienen ya algún padecimiento cutáneo como rosácea, acné, dermatitis atópica o psoriasis.
También se afecta el sistema inmunológico; una de las consecuencias es que la piel se sensibiliza y puede irritarse con mayor facilidad, aunque no tengas algún padecimiento específico.
- Lo ideal es dormir entre seis y ocho horas: De las nueve o diez de la noche a las cinco o seis de la mañana.
- Recuerda que el sueño es el tratamiento de belleza más efectivo que existe.
Con información de: Gloria Aguilar, Revista Fernanda.
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