Esto es lo que pasa cuando tienes sexo en casa de tus papás

Seguramente lo has hecho: tener sexo en casa de tus papás. Si vives con ellos, todavía es más común que suceda, y estoy segura que te sentirás identificada con estos escenarios al momento de leerlos. 

1. No te puedes quitar toda la ropa por miedo a que lleguen y te cachen. Normalmente te dejas una pierna de los jeans puesta. Súper innecesario pero todos lo hacemos.

2. No puedes hacer mucho ruido si están en casa, probablemente si te gana la calentura y eres muy aventada corras al baño a tener sexo, si no te tendrás que conformar con el toqueteo.

4. Y eso sólo sucede asegurándote de que tus familiares están dormidos.

5. Si no están en casa, tienes que bajar el volumen de la tele para poder escuchar cuando llegan y tener tiempo de cambiarte. Además de seguir la regla anterior.

6. Lo haces en lugares que no imaginaste, por ejemplo sobre tu escritorio o donde acomodaste tus peluches más viejos.

7. Y al día siguiente no puedes dejar de pensar que el perchero done cuelgas tu bolsa diario, un día antes te ayudó a sostenerte para que tu pareja te lo hiciera de perrito.

8. Si llegan tus familiares cuando estás en plena acción, ambos salen corriendo al baño y posteriormente fingen una pelea.

9. Si tu pareja acaba de tener una pequeña erección, hará todo lo posible para disimularla, normalmente encoger sus piernas o «levantar» a su miembro dentro de su ropa interior para que no se note en los jeans.

10. Pero si tu pareja acaba de tener una eyaculación, tiene que dejarse el condón puesto hasta que pueda pararse libremente al baño.

11. Si logran que no los cachen, al momento de saludar a sus familiares se preguntarán por qué tienen la cara tan caliente cuando hace mucho frío afuera.

12. Pero les dará más pena preguntar y tendrás que hacerte la loca.

13. Cuando terminas de saludar y vas al baño, te das cuenta de que tus labios están sumamente hinchados y tienes los cachetes rojos, sin mencionar el peinado de pájaro loco si es que llevabas el cabello suelto.

14. Y después de eso, te queda esta pregunta en tu mente por largas horas: «¿Me habrán cachado?»

15. Pero aunque hayas pasado por esta pesadilla, nada de esto te detiene para intentarlo de nuevo.