Alguien dijo alguna vez que las fantasías sexuales son como la televisión, y es muy cierto; proporcionan horas y horas de entretenimiento sin necesidad de levantarse del […]
Alguien dijo alguna vez que las fantasías sexuales son como la televisión, y es muy cierto; proporcionan horas y horas de entretenimiento sin necesidad de levantarse del sofá y, si las llevas a la habitación, te ofrecerán, además, orgasmos explosivos. Lo que pasa por tu cabeza es tan importante como lo que está en tus genitales. Sin embargo, al igual que las malas palabras, las fantasías deben figurar en tu «guión». aun cuando no representen ahora una parte importante de tu vida, constituyen un hábito que te conviene adoptar.
¿Por qué?
Las fantasías sexuales incrementan la libido. Cuando más las elaboras, mayor será tu deseo. Además, bastará recordarlas durante las relaciones para que el placer aumente y, nosotras como mujeres, alcancemos más rápido un orgasmo, mientras que los hombres lo disfrutan más.
¿Qué?
Una mujer suele fantasear con dos hombres a la vez o con tener sexo con otro mientras su novio los observa. Algunas otras con el sexo oral debajo de la mesa de un restaurante o tener relaciones durante un examen ginecológico. Tu fantasía debe ser una que no figure en la lista de las más comunes. Ésta puede ser una de las razones por las cuales las mujeres no fantaseamos tanto como los hombres. Y si ninguna te gusta puedes leer: Mi jardín secreto, Mujeres arriba, Hombres enamorados de Nancy Friday.
¿Cómo?
Puedes estar en la fantasía y sentirla como si fuera una película. Empieza contándote una historia en la que tú seas la protagonista. Tu fantasía puede relacionarse con personas que conoces o con aquellos que no has visto en años, incluso puedes idealizar versiones, lo que resulta más excitante, demandante e ingenioso.
Nota: No necesitarás toda la historia mientras estés haciendo el amor, sólo un flash de la escena detallada.
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