Trabajar por tu cuenta con el Kamasutra no afectará el ingreso de ambos, pero sí estarán demasiado ocupados para respirar. En realidad, sólo hay cuatro o 5 […]
Trabajar por tu cuenta con el Kamasutra no afectará el ingreso de ambos, pero sí estarán demasiado ocupados para respirar. En realidad, sólo hay cuatro o 5 posiciones básicas, las demás son variaciones sobre el mismo tema. La mayoría de las parejas tienen sus favoritas y las conservan porque les sirven. Para mejorarlas, pueden hacerse algunas modificaciones; aquí hay dos posibilidades:
Prueba… el misionero
Aunque ha sido muy criticada, es una gran posición. Una alternativa para cuando los dos quieren estar abajo: acostada sobre la cama, tú debes extender la pierna izquierda y doblar la derecha, de manera que puedas apoyarte sobre tus codos o sobre unos cojines. Él se tiende hacia el lado izquierdo, descansando su cuerpo sobre el brazo izquierdo mientras pasa su pierna izquierda por debajo de tu muslo; a continuación te tomará la pelvis lo suficiente para poder penetrarte; deberás rodear su espalda con tu pierna derecha, como si se tratara de unas tijeras abiertas, lo que permite el libre acceso a ambos hacia el clítoris y les permite mirarse amorosamente cuando no pueden besarse. El movimiento es limitado, pero conveniente cuando ambos están cansados.
Prueba.. el 69
Muy divertido en teoría, aunque en la práctica, a medida que se acerca el orgasmo la concentración en el placer se dificulta. Uno de los dos se distrae y ¡zaz!, se acaba la fiesta para el otro, de ahí que muchas parejas dejen de practicarlo. Recuerda que es más fácil si te tienes de lado inclinándote en la cara interna del muslo de tu amante para recargarte. También puedes pasarte un vibrador a medida que se acerca el orgasmo; cualquiera de los dos podrá detener el movimiento de la lengua y estimular con vibraciones, acelerando a medida que llega al orgasmo.
Sugerencia:
Esta sencilla modificación de la postura del misionero proviene de una técnica oriental: la mujer coloca un par de cojines debajo de sus caderas para levantar la pelvis, lo que facilitará la estimulación del clítoris.
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