¿Perdonarlo o no después de una infidelidad?

Perdónalo y perdónate a ti misma, las infidelidades suelen dejar el corazón echo trizas y el autoestima por los suelos, nadie sabe lo que duele hasta que estás del lado equivocado. Platicando con mis amigas sobre este tema muchas coincidimos en una cuestión, perdónalo a él, pero escapa de ahí. 

Caso 1, el arrepentido 
Él argumentará las razones por las cuales cometió la falla, es más intentará por todos los medios que lo perdones, enviará flores a tu casa, llorará amargamente diciendo que fue un error, etc.
Solución:
Accede al perdón, sé que estás muy molesta y sentirás que no vales nada porque para ti te cambiaron por alguien más, no te compares, sigue con la cabeza adelante y termina con esa relación antes de que se vuelva más tormentosa por los reclamos a cada pleito.

Caso 2, el cínico 
Restregará en tu cara que te fue infiel y propagará por todos lados que está muy feliz con su nueva conquista, una vez más te darás cuenta que esta persona no era para ti. Deja ir las cosas y aprende a decir adiós y por supuesto a perdonarlo.
Solución:
Busca actividades que te hagan sentir valiosa, que alimenten tu autoestima y vuelvas a recobrar la confianza en ti misma, las relaciones son 50, 50. Así que libérate.

Caso 3, el vengativo
Tuviste un error, pues él quiere que ahora pagues con intereses y a lo mejor hasta al buró de crédito irás a parar.
Solución:
Perdónate a ti misma por el error, asúmelo y elabora un escrito en donde coloques algunas de las cosas que no volverás a hacer, léelas y haz conciencia de tus fallas pero no te martirices.

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Caso 4, el todas mías 
El simple hecho de ser infiel le causa placer, sentirse que puede traer a más de una a sus pies indica que debes correr de ahí, y aunque pase por el caso 1 y 2. No te detengas para dejarlo.
Solución:
Simplemente si vida es así, no puedes hacer nada para remediarlo, tal vez un día tomará conciencia de su comportamiento. Pero no serás tú la que lo haga regresar al camino del bien, son tiempos que cada individuo decide.

Agradece los momentos, perdónalo y perdónate, pero no vuelvas a la posición vulnerable de sentirte menos que alguien más.