¿Tienes broncas en tus relaciones amorosas que te hacen sufrir? Puedes echarle la culpa al amor romántico, te lo juro. No te confundas, el amor romántico no […]
¿Tienes broncas en tus relaciones amorosas que te hacen sufrir? Puedes echarle la culpa al amor romántico, te lo juro.
No te confundas, el amor romántico no es ése donde salen corazones. De hecho, se le llama amor romántico a un modelo de amor que fundamenta el amor monogámico y las relaciones de pareja estables en las culturas modernas occidentales.
La experta Montse Barderi, autora del libro El amor no duele, lo explica muy bien «Independientemente de que seas un hombre o una mujer, de que estemos hablando de una relación con personas del mismo sexo, puedo partir del esquema de amor dominante y amor subordinado, para ofrecerte una explicación de por qué sufres en el amor. El amor romántico tiene una serie de axiomas, verdades absolutas, que vale la pena poner en cuarentena»:
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Creer que el amor todo lo puede. El amor supera todas las dificultades
Fíjate en qué te convierte esta visión del amor: en una luchadora impenitente, en una trabajadora heróica con la prioridad absoluta de que la relación funcione o empiece.
Si tu papel es de la máxima responsable del éxito de la relación, tienes un problema importante: te subordina, y si finalmente no funciona va a afectar de modo terrible tu autoestima.
2. Pensar que él te pueda abandonar
Sientes que si no te comportas como «debes» puede dejarte. Te sometes con tal de que no te abandone. Tal vez te haya abandonad, y quizá incluso tenga sus razones para ello, pero lo que no tiene perdón es que tú te abandones a ti misma.
3. Soportar las microbombas afectivas
Es un control oculto y es un elemento clave en el amor. Son maniobras camufladas que te dicen: «No te quiero, no te necesito, no te priorizo». Este tipo de acciones revierten en la propia autoestima, generan pensamientos de confusión, culpa, dudas, favorecen el descenso de la autoestima y la propia confianza.
4. Sentirte como su fueras su mamá
Tu papel es el de una generosa madre. Sirves para cocinar, cuidar, proveer, escuchar o consolar. Es decir, te hace caso cuando le resultas útil. Te sometes, tienes una relación de servicio. Debido a que te sientes inferior, crees que sólo estará a tu lado si le resultas útil, placentera y cómoda.
5. Aceptar que te trate como si fueras su hija
Permites que te trate como a una niña que no sabe qué le conviene. Sufriendo continuos ataques de microbombas, vas acumulándolos y, al final, estallas. Las microbombas son señales sutiles de que no te quiere, pero al ser tan camufladas te impiden discernir bien la realidad. Llegas a estar tan desconcertada y agotada que acabas por pedirle perdón y, luego, él te riñe como si fueras una niña pequeña.
6. Ver que no le dan gusto tus logros
Y es que le cuesta decir lo bien que has hecho tal o cual cosa, reconocer y celebrar lo que has conseguido. Te cuesta disponer de él o ella incluso cuando lo necesitas, cinluso cuando se lo pides directamente. Nunca será un buen momento para dar lo mejor de sí mismo. Siempre tendrá trabajo, un viaje o se encontrará mal.
7. Sentirte desconectada o distanciada
Son formas de resistencia pasivas, incluyendo el silencio, falta de apoyo, colaboración y luego crítica. Puedo hacerlo como venganza, por ejemplo, si le has dicho que te ha sabido mal tal cosa, si te has quejado, si has intentado mejorar algún aspecto. Castigada con la desconexión y el distanciamiento, acabas por pensártelo mucho la próxima vez que desees reivindicar algo.
8. Tener sentimientos de lástima por él
Con el fin de que lo protejas, lo ayudes, sientas que te necesita y sigas trabajando y sometida a la relación. Es una víctima del mundo, de la humanidad. Tiene tan mala suerte, todo el mundo se aprovecha de su bondad. Ni se te ocurriría pedirle nada a un necesitado, ¿verdad?
9. Tener una comunicación defensiva-ofensiva
La comunicación es básicamente para defenderse o acusarte. No hay diálogo sobre temas comunes; sobre intereses compartidos; no hay intereses generales. El principal foco de interés es la lucha afectiva dentro de la relación, una lucha en la que abundan los mensajes defensivos y ofensivos.
10. Estar bajo manipulación emocional
Dobles mensajes: te dice que te quiere y te ignora. Se enfada si no cedes. Abuso de confianza: te exige, pide cosas que están al límite de tus posibilidades.