Entre muchos otros nutrientes, la leche materna contiene proteínas que promueven el bienestar digestivo de los pequeños. La leche materna es el alimento más completo para los […]
Entre muchos otros nutrientes, la leche materna contiene proteínas que promueven el bienestar digestivo de los pequeños.
La leche materna es el alimento más completo para los recién nacidos y los lactantes. Además de dotarlos de energía, colmarlos de nutrientes y promover el desarrollo de su sistema inmunológico, este fluido vital ayuda a formar un sistema digestivo sano y fuerte.
Las proteínas que contiene la leche materna ayuda a desarrollar la flora intestinal, ayuda a que las bacterias bífidas impidan la reproducción de bacterias nocivas que producen estreñimiento e hinchazón y estimulan el crecimiento de la mucosa intestinal.
El calostro, fluido espeso y amarillento que se produce en pocas cantidades los primeros días después del parto, es bajo en grasas y rico en proteínas de alta calidad; su concentración de proteínas es mayor que la de la leche madura, por lo que regula el peso de los recién nacidos, ayuda a desarrollar el sistema inmune y a formar la estructura de los tejidos y órganos.
Asimismo, las proteínas al combinarse con ciertas vitaminas, inhiben el crecimiento de bacterias patógenas que viven en el intestino como la E. Coli, que en grandes cantidades puede producir diarrea, vómito e incluso hasta insuficiencia renal.