Existe algo conocido como «las zonas azules», que no son otra cosa que las zonas donde vive la gente más saludable y longeva del mundo. Ellos nos comparten […]
Existe algo conocido como «las zonas azules», que no son otra cosa que las zonas donde vive la gente más saludable y longeva del mundo. Ellos nos comparten sus leyes sagradas que los mantienen lúcidos y felices.
Dan Buetnner escribió el libro El secreto de las zonas azules, que se convirtió súbitamente en un bestseller del New York Times. Entre otras cosas, como recetas, tips y consejos, Dan nos compartió qué es lo que hace la gente saludable asentada en las famosas zonas azules:
«Durante los más de 20 viajes que realicé a las zonas azules me resultó de gran utilidad pasar tiempo sentado con personas de 100 años, escuchar sus historias y prestar atención a su vida. Los observé preparar sus alimentos, comí lo que ellos comían y ala mimsa hora que ellos lo hacían. Sabía que algo estaban haciendo bien, y que no era cuestión de que se hubieran ganado la lotería genética, pero ¿qué era?»
Moverse de forma habitual
Las personas más longevas del mundo no se la pasan levantando pesas, corriendo maratones ni metidas en el gimnasio. Viven en ambientes que con frecuencia los motivan a moverse. Atienden sus propios jardines, no tienen electrodomésticos que les faciliten el trabajo. Caminar es lo más importante para ellos.
Propósito
Los habitantes de Okinawa le llaman Ikigai: el propósito, la razón por la cual me levanto todas las mañanas, en las zonas azules la gente tiene algo por lo cual vivir más allá de su trabajo. Según estudios eso le añade hasta siete años a tu esperanza de vida.
Bajarle al ritmo
Hasta la gente que habita en las zonas azules experiementa el estrés, el cual provoca inflamación crónica que se asocia con casi todas las principales enfermedades relacionadas con el envejecimiento. La gente más longeva del mundo tiene rutinas para deshacerse del estrés, las de Okinawa se toman un momento del día para recordar a sus ancestros, los adventistas rezan, los de Cerdeña aprovechan la hora feliz para ir por un trago.
Regla de 80 %
Hara hachi bu, el mantra de Confucio de 2500 años de antigüedad que se dice antes de cada comida en Okinawa, le recuerda a la gente dejar de comer cuando su estómago está 80 % lleno.. La gente de las zonas azules toma las comidas más escuetas hacia la noche o al comienzo de la tarde y no vuelven a comer más durante el resto del día.
Inclinación por las plantas
Las leguminosas, incluyendo las habas, el frijol negro, la soya y las lentejas son la base de muchas dietas centenarias. La carne, en especial la de cerdo, se come en promedio sólo cinco veces al mes y en porciones pequeñas.
Vino a las cinco
La gente de todas las zonas azules (incluyendo a los adventistas) con frecuencia bebe alcohol, aunque con moderación. Los bebedores moderados viven más que los abstemios. El truco está en tomar una o dos copas al día con amigos.
La tribu adecuada
La gente más longeva del mundo elige círculos sociales que fomentan los comportamientos saludables, si no es que nace en ellos. La población de Okinawa crea moais, que son grupos de cinco amigos que se comprometen entre sí de por vida. Las investigaciones demuestran que el tabaquismo, la obesidad, la felicidad y hasta la soledad son contagiosos.
Comunidad
Investigaciones recientes señalan que asistir a algún servicio religioso le añade de 4 a 14 años a la esperanza de vida.
Primero los seres queridos
Los centenarios exitosos que habitan en las zonas azules siempre anteponen a sus familias. Mantienen cerca a sus padres y abuelos, se comprometen con una pareja de por vida e invierten en el amor y tiempo en sus hijos, lo cual hace más probable que éstos cuiden mejor de sus padres llegado el momento.
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