Estoy segurísima que todo esto ha pasado por tu cabeza antes, durante y después de que tu pareja te hace sexo oral. 1. Obviamente todo comienza con […]
Estoy segurísima que todo esto ha pasado por tu cabeza antes, durante y después de que tu pareja te hace sexo oral.
1. Obviamente todo comienza con el juego previo. Se enciende la llama con una larga sesión de besos, y probablemente estás pensando: «creo que esto terminará en otra cosa.»
2. Lentamente tu pareja comienza a bajar sus manos para quitar tu ropa interior y aquí es donde comienza la gran plática contigo misma. (Todo lo siguiente sucederá en menos de 5 minutos)
3. Lo primero que piensas cuando recorre lentamente tu cuerpo con su boca, hasta llegar «ahí abajo» es: «Entonces vas a poner ahí tu boca y no tu pene… ok ujuuu. Tranquila y respira.«
4. Después viene el momento en el que te sientes incómoda por que no sabes si tu «hermosa florecita» está presentable y bien depilada. Pero ya no puedes hacer nada.
6. Y lo único que pasa por tu cabeza es: «Por favor que no encuentre ningún vello púbico más largo de lo normal.»
7. Tu pareja comienza, pero ahora rezas por que el sabor no le moleste.
8. Pero sigues intentando disfrutar y poco a poco comienzas a dejar atrás los nervios.
9. Tu pareja intenta diferentes técnicas con su lengua, y actúas como si el sexo oral fuera algo completamente nuevo para ti.
8. Prefieres no voltear y cerrar los ojos por que sabes que el escenario que está frente a ti te pondrá sumamente nerviosa. Así que decides concentrarte…
9. Pero después de un segundo comienzas a moverte como lombriz con todo lo que tu pareja está haciendo ahí abajo.
9. Y te comienzas a excitar ¡DEMASIADO!
10. Hasta que te das cuenta de que llevas HOOOORAS haciendo cara de pujido por que estabas muy «prendida».
11. Así que instantáneamente te metes en tu papel sexy y comienzas a dar órdenes: «Un poco más a la izquierda. Así. Sigue.»
12. Cuando termina y hace esta cara, lo único que sientes es alivio por que sabes que él también lo disfrutó.
13. Pero cuando retira su boca de tu vagina, lo único que piensas es: ¡POR FAVOR NO ME DES UN BESO!
14. Y lo repites en tu mente dos veces: «¡POR FAVOR NO ME DES UN BESO, te lo suplico!» y evitas cualquier cosa que haga que pruebes tus propios fluidos vaginales.
15. ¡Hasta que no hay más remedio y lo hace! ¡TE DA UN BESO!
16. Pero sorprendentemente, lo que pasa por tu cabeza en ese asqueroso momento es: «Ohhh…. esto es a lo que sabe. Creo que no está tan mal.»
17. Y rápidamente te invade una sensación de alivio.
19. E intentas canalizar que todo salió bien…
20. Y al final estás dispuesta a que te de sexo oral cuantas veces quiera.
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